Nació el 20 de julio de 1937 en Salto de la Vieja; sus padres eran nacidos en Barranqueras, hijos de correntinos. Los abuelos paternos eran brasileros, los abuelos maternos paraguayos. Domingo Fernández era el papá y Laureana Frutos la mamá. Los padres vinieron en 1931 para trabajar con un agricultor y ganadero de Salto de la Vieja.
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| Eduardo Fernández. Fotografía del autor – 31/08/2017. |
Eran 10 hermanos, todos nacidos en la zona, iban a la escuela de Salto de la Vieja, donde era compañero de Isidro Herrera, también nacido en Salto de la Vieja y que luego fuera a vivir a Lote V.
Se casó con Dionisia Saucedo, una chica nacida en Margarita Belén y criada en Villa Guillermina, a donde fuera llevada por la madre. Eduardo andaba por aquella zona porque iba al corte de caña y así la conoció. Mucha gente iba a esa tarea, algunos de Salto de la Vieja también iban a Las Palmas cuando era la época de la zafra azucarera. Se pagaba por kilo cosechado, hacían mazos y cargaban en cachapé, la carga tenía que ser de 3.200 kg. con tres cadenas. Se cosechaba en junio, enganchaba justo después de la cosecha de algodón y volvían para julio para preparar la siembra.
Viajaban en el tren Quijano, que iba de La Verde a San Martín, era un tren de pasajeros y la estación estaba al este de Colonia Elisa. En 1922 Juan Hortensio Quijano instaló un aserradero y una estación ferroviaria de trocha angosta que se comunicaba con la ya existente del entonces Ferrocarril Central Norte Argentino. Este tren de trocha angosta, construido entre los años 1923 y 1935, con un tendido vial que unía las localidades de Lapachito y Zapallar, combinando transportes a Resistencia, Presidencia Roque Sáenz Peña, Barranqueras, Salta, Metán y Buenos Aires. Fue construido por Quijano -quien fue el vicepresidente de Perón- para competir con la empresa La Forestal, la que se opuso enérgicamente a esta iniciativa, demorando más de una década su construcción. Cuando el gobierno peronista nacionalizó los ferrocarriles, el tren Quijano pasó a ser estatal con el nombre de Ferrocarril Central Norte (Güttner, 2012).
Hacia 1964 fue la primera crisis y se murió el algodón, todos sus hermanos se fueron a Buenos Aires. Por esta razón, habló con ellos y les dijo que quería hacer los papeles de la tierra, lo que todos le aceptaron. En 1971 hizo propiedad; en general todos hicieron propiedad porque ese año vino la mensura, pero recuerda que alguna gente no quería tener la propiedad de la tierra o no se animaban a hacer las gestiones porque decían “¿cómo vamos a pagar?”, pero él estaba convencido que siempre hay formas, si se trabajaba se iba a poder pagar.
Se vendía el algodón en la Cooperativa de Colonia Elisa, de la cual era socio, su papá era el socio Nº 70. Eduardo menciona que la Cooperativa Agrícola Ltda. de Colonia Elisa fue fundada en los inicios de la década de 1940 y se cerró en 1994 (Fernández, 2017); sin embargo, el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Provincia del Chaco (1975, pág. 14) sostiene que esta fue fundada el 3 de noviembre de 1973, agrupando al 31 de octubre de 1975 a 199 asociados. Esta institución tenía en Capitán Solari y Colonia Elisa sendas planchadas de acopio de algodón; al cerrarse la cooperativa, la planchada de Colonia Elisa fue administrada por la Cooperativa Agropecuaria de Machagai Ltda. (Dellamea & Cuadra, 2015, pág. 125).
Se dejó de hacer algodón porque los acopiadores particulares pagaban lo que querían cuando la cooperativa se cerró en 1994, por eso dejaron de hacer algodón. Varios años trabajó con la Cooperativa Unión y Progreso de Presidencia de la Plaza, con la que le iba bastante bien, llevó a varios productores para entregar ahí el algodón.
Con el retorno democrático, trabajó con un proyecto financiado por la FAO, luego estuvo en la UNPEPROCH y posteriormente en la UNPEPROCE; cuando falleció la esposa, se retiró. Recorrió todos los puestos, presidente, tesorero, secretario, revisor de cuentas; fue tesorero cuando se formó la EFA de Salto de la Vieja, de la cual sostiene que tuvo periodos buenos y periodos malos.
Pequeño productor algodonero, nunca perdió de vista que tenía que diversificar su producción, fundamentalmente la destinada a la alimentación familiar; llegó a tener casi veinte variedades de porotos y cuatro variedades de maíz, lo que constituía un banco de germoplasma viviente. En aquella zona, Eduardo era un especialista en materia de “cura” de insectos, orugas, bicheras y cuanta plaga o enfermedad atacara a plantas o animales y, a diferencia de otros, nunca curó en secreto, ya que usaba remedios naturales, compartíendo sus saberes con quien tuviera el oído abierto para escucharlo.
Con su eterno cigarrillo entre los dedos, sostiene que “el mundo no cambia, cambiamos nosotros. Antes estábamos bien educados por padres y madres, hoy no, cambiamos, ya no se respeta al padre ni a la madre ni a los semejantes, por eso se dice que el mundo cambió”.
Bibliografía
Dellamea, S. G., & Cuadra, D. E. (2015). Machagai y colonias vecinas. Geografía, historia, política, economía, sociedad y cultura del Departamento 25 de Mayo, en la Provincia del Chaco. Resistencia, Chaco, Argentina: ConTexto.
Fernández, E. (31 de agosto de 2017). Entrevista personal. (G. R. Martínez, Entrevistador) Lote III - Colonia Pastoril - Departamento Presidencia de la Plaza, Chaco, Argentina.
Güttner, C. H. (27 de enero de 2012). El tren de Quijano o un proyecto criollo de desarrollo soberano. Recuperado el 1 de septiembre de 2017, de Carlos Hermann Güttner: http://chguttner.blogspot.com.ar/2012/01/el-tren-de-quijano-o-un-proyecto.html
Provincia del Chaco - Ministerio de Agricultura y Ganadería. (1975). Curso sobre preparación y evaluación de proyectos de desarrollo agropecuario. Resistencia, Chaco, Argentina. Recuperado el 19 de septiembre de 2017, de https://books.google.com.ar/books?id=r08qAAAAYAAJ&pg=PA14&lpg=PA14&dq=Cooperativa+Agr%C3%ADcola+Colonia+Elisa+Ltda.&source=bl&ots=rSVhBwTiPo&sig=uDrLs0Fu1xKUHp7BD51gDkP9r0k&hl=es-419&sa=X&redir_esc=y#v=onepage&q=Cooperativa%20Agr%C3%ADcola%20Colonia%20Eli
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