HUBO UN PRESIDENTE…
Hubo un presidente al que le tocó asumir en una situación
muy difícil para la Nación: exhausto el tesoro, sin medios para abonar a la
administración pública ni las obligaciones y vencimientos inmediatos de los
compromisos públicos. Hubo un presidente que cuando asumió la presidencia, en
algunos puntos de la República los niños morían por falta de alimentos, la
miseria se hacía sentir en los hogares más desvalidos, al punto que la gente
entraba en los establecimientos para llevarse los alimentos.
Hubo un presidente al que le tocó asumir en días desesperantes,
sin perspectivas de reacción, en las que no había recursos para nada y miles de
hogares se debatían en la indigencia desde hacía años, con irritante
desigualdad entre la riqueza deslumbrante y la miseria extrema.
Hubo un presidente que gobernó sin Estado de Sitio, que
gobernó teniendo como banderas la igualdad ante la ley, la defensa por parte
del Estado de los sectores más desprotegidos, que impulsó un proceso político y
económico de promoción y custodia de los derechos del trabajador, quienes encontraron
en el Estado no al defensor de los privilegios, sino al árbitro cuya
neutralidad se traducía en el libre juego de la organización y de las demandas
legítimas de los trabajadores.
Hubo un presidente que impulsó la nacionalización de los
yacimientos petrolíferos por el Estado, que impulsó los servicios públicos de
transporte, que trabajó para detener la dilapidación de la tierra, defender del
despojo al pequeño productor y amparar a los trabajadores rurales.
Hubo un presidente que durante su gobierno se crearon
nuevas universidades nacionales y nuevas escuelas, lo que permitió completar su
educación a los obreros e incluso, seguir las profesiones universitarias.
Hubo un presidente que defendió la Soberanía Nacional
constituyendo la indivisible solidaridad de los pueblos, porque sabía que no se
defiende a los pueblos facilitando los negocios de los especuladores que
trafican con sus necesidades, sino procurándoles la realización de sus justas
demandas.
Hubo un presidente que tuvo que gobernar con la oposición
en el Congreso de propios y extraños, que tuvo que gobernar con la oposición de
los medios de comunicación aliados a los sectores del privilegio, que tuvo que enfrentar
a quienes querían abatir su Gobierno, porque no toleraban perder sus
prerrogativas.
Hubo un presidente que en 1930 estaba a punto de
conseguir mayoría en el Congreso Nacional que le permitiera nacionalizar los
yacimientos y lograr el monopolio de la industrialización y comercialización
del petróleo por el Estado, crear la Marina Mercante, nacionalizar los
ferrocarriles, sancionar el Código de Trabajo.
Hubo un presidente a quien el 6 de septiembre de 1930 el
“régimen”, con actores militares aliados a la disidencia radical, le puso fin
al gobierno democrático de Hipólito Yrigoyen.
Gerardo Roberto Martínez
Presidencia de la Plaza (Chaco); septiembre
de 2015
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