lunes, 6 de febrero de 2017

MARTA ANGÉLICA CARBALLO

Nació el 7 de febrero de 1947 en Monte Grande, provincia de Buenos Aires; en una época en la cual pensar era peligroso, llegó al Chaco en junio de 1976 y a Presidencia de la Plaza en agosto de 1977 con sus tres hijas de ocho, seis y dos años, cuando los alrededores del pueblo estaban aún cubiertos de árboles, por lo que todos los días caminaba hasta la escuela para llevar a sus hijas pequeñas, yendo luego a buscarlas. En mayo de 1983 comenzó a trabajar como cocinera en la Escuela N° 183 de Santa Elena, viviendo en la casa que era del personal; al habilitarse la EFA Santa Elena en 1995 esa casa fue destinada para que funcione la escuela primaria.
Marta Angélica Carballo. Fotografía gentileza de Marta Viviana Ávila (hija mayor de Marta Angélica Carballo) – 06/02/2017.
Recuerda que en 1983 durante dos meses estuvieron viviendo en la escuela entre 30 a 40 personas, evacuados de la gran inundación que asoló la provincia del Chaco en ese año; había que prepararles desayuno, almuerzo, merienda y cena. Además de los que vivían en la escuela, venían los que se quedaban a cuidar la casa y que había que darles de comer porque no tenían nada en la chacra. Recuerda que en la Ruta 7, sobre la Cañada Cien corría el agua que parecía que habían abierto una compuerta, la fuerza del agua se llevó la alcantarilla que está en El Boquerón y recuerda el miedo que tenía de pasar por ahí, ya que tenían que ir a buscar mercadería al pueblo en una jardinera con tres caballos, donde el agua le llegaba a la panza a los animales.

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Cuando Marta llegó a trabajar en la Escuela Nº 183, la sala de primeros auxilios de Santa Elena funcionaba detrás de la escuela, donde era la caballeriza. Este centro de salud se creó el 7 de enero de 1981, siendo su encargada y enfermera por 32 años Irma Gladys Saucedo; el 27 de agosto de 1987 se inauguró el edificio nuevo, la sala Eva Perón, a donde se trasladaron en el año 1993. Cuando Irma se jubiló, siguió como enfermera Vilma González de Meana.

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Recuerda que cuando empezó a trabajar había 120 alumnos, cocinaba ella y dos ayudantes; cuando se fue solamente había 17 niños inscriptos. Recuerda que para el Día de la Bandera se hacían fiestas en la escuela donde no había más lugar para la gente, con carreras de sortija, campeonatos de futbol y de truco, concursos de tiro a voltear los tarros, para lo cual armaban unas hondas con un elástico más corto y todos se divertían muchísimo. Después solo se hacían campeonatos de futbol hasta que se dejó de hacer la fiesta.
Marta vivió con sus hijas en su lugar de trabajo, en la misma escuela hasta 1987, cuando por disposiciones directivas se decidió que nadie se quede en la escuela durante las vacaciones, entonces se trasladó a vivir a Presidencia de la Plaza, viajando todos los días, junto al conjunto de maestros, a continuar su tarea de cocinera hasta el año 1993.

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Cuando Marta se jubiló en la escuela, el director era Edgardo “Tronco” López, quien había asumido ese cargo en 1995, jubilándose en 2005. Mientras fue director, Tronco organizaba todos los años la fiesta de fin de curso y siempre la invitaba, cuando él se fue, no fue más a Santa Elena, hasta noviembre de 2016 en que fue al cumpleaños de quien fuera uno de sus “alumnos”, Aldo Morales.

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Un año después de dejar el trabajo en la escuela, en 1994 comenzó a trabajar como ayudante de cocina en el PAMI, hasta el 2002.
En toda cocinera vive una artista que expresa sus creaciones en las comidas que prepara. Pero el arte de Marta no termina en los platos, sino que también expresa el arte que lleva en su corazón a través de diversas manualidades: los tejidos en crochet, con agujas, en el diseño de diversas creaciones muestra la habilidad que la lleva a crear y a expresar esas creaciones, espíritu artístico que le ha transmitido a sus hijas, las que alegraron su vida dándole nietos y bisnietos.
Uno de los exalumnos de la escuela la recuerda con cariño:

Doña Marta fue como nuestra mamá, para nosotros, pero también con todos los chicos que íbamos a la escuela. Siempre íbamos a visitarla, porque la queríamos y a todos nos quería. Siempre nos preparaba el cocido con pan y eso está dentro de los pocos recuerdos lindos que tengo de mi niñez”.

Gerardo Roberto Martínez
Presidencia de la Plaza (Chaco), 7 de febrero de 2017

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