jueves, 9 de marzo de 2017

FRANCISCA SPHAN



FRANCISCA SPHAN

El casamiento de Catalina Schönfeld con Juan Sphan se habría realizado hacia la mitad de la década de 1910. El 9 de marzo de 1919 el matrimonio se vio alegrado con el nacimiento de las mellizas Francisca y Celestina, dos hijas de un matrimonio compuesto por ocho hermanos más. Juan y Catalina eran descendientes de emigrantes llegados del Volga ruso y afincados en Entre Ríos; Juan tenía su campo en la Aldea San Isidro, cercana a la estación ferroviaria de El Cimarrón, en el Distrito Federal. Era dueño de una maquina trilladora con la cual realizaba labores en la zona, trabajando en ella toda la familia; su hija Francisca se desempeñaba como cocinera. Cuando la trilladora salía a realizar trabajos, se contrataba personal; a partir de 1935 comenzó a trabajar en la misma Juan Schuler, quien también era contratado para realizar otras tareas en el campo de Sphan. En enero de 1939 Juan fue contratado como cosedor en la trilladora y la amistad que había forjado con Francisca se transformó en amor, concluyendo en un matrimonio que se realizó ante las autoridades civiles el 10 de abril de ese año, contrayendo matrimonio religioso el día 18. De ese matrimonio nacerían siete hijos.
Trabajadora sin descanso, Francisca en las madrugadas amasaba el pan para el consumo familiar, el que también vendía en su casa, asimismo hacía levadura casera, que vendía para generar pequeños ingresos que complementaran la economía familiar. Aunque nunca fue dueña de un pedazo de tierra, siempre tuvo una lechera para ordeñar y tener leche fresca para alimentar a su familia; el excedente de leche y la crema que obtenía de la misma, sumaban ingresos a la economía familiar; las siestas entrerrianas la veían pasar con la vaca que había conseguido prestada para llevarla a tomar agua o para cambiarla de lugar para que comiera en los distintos terrenos baldíos que había, cerca o lejos de la casa. Doña Francisca, con un pañuelo blanco sobre la cabeza, el que era sujetado entre los dientes, era parte del paisaje de la siesta cerritera.
Así como en su vida de joven o adulta participó de distintos grupos que se formaron para colaborar con diversas actividades de la Parroquia Virgen de la Merced, ya jubilada fue una activa participante del centro de jubilados de la localidad, donde organizaban encuentros recreativos, viajes para conocer diferentes lugares del país. Fue en uno de esos viajes donde le tocó vivir uno de los hechos que entristeció la vida de la comunidad, cuando un colectivo en el cual viajaban chocó contra un camión y murieron varias personas de la comunidad. Fue también testigo del derrumbe de la Iglesia parroquial en 1950, donde murieron dos niñas del pueblo.
Francisca falleció el 15 de octubre de 2004, sus restos descansan junto a los de su esposo en el Cementerio de General Paz.
Gerardo Roberto Martínez
Presidencia de la Plaza (Chaco), marzo de 2017
Foto: Gentileza Juana Francisca Schuler.

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