FRANCISCA SPHAN
El casamiento de Catalina Schönfeld con Juan Sphan se habría
realizado hacia la mitad de la década de 1910. El 9 de marzo de 1919 el matrimonio
se vio alegrado con el nacimiento de las mellizas Francisca y Celestina, dos
hijas de un matrimonio compuesto por ocho hermanos más. Juan y Catalina eran
descendientes de emigrantes llegados del Volga ruso y afincados en Entre Ríos;
Juan tenía su campo en la Aldea San Isidro, cercana a la estación ferroviaria
de El Cimarrón, en el Distrito Federal. Era dueño de una maquina trilladora con
la cual realizaba labores en la zona, trabajando en ella toda la familia; su
hija Francisca se desempeñaba como cocinera. Cuando la trilladora salía a
realizar trabajos, se contrataba personal; a partir de 1935 comenzó a trabajar
en la misma Juan Schuler, quien también era contratado para realizar otras
tareas en el campo de Sphan. En enero de 1939 Juan fue contratado como cosedor
en la trilladora y la amistad que había forjado con Francisca se transformó en
amor, concluyendo en un matrimonio que se realizó ante las autoridades civiles
el 10 de abril de ese año, contrayendo matrimonio religioso el día 18. De ese matrimonio
nacerían siete hijos.
Trabajadora sin descanso, Francisca en las madrugadas
amasaba el pan para el consumo familiar, el que también vendía en su casa, asimismo
hacía levadura casera, que vendía para generar pequeños ingresos que
complementaran la economía familiar. Aunque nunca fue dueña de un pedazo de
tierra, siempre tuvo una lechera para ordeñar y tener leche fresca para alimentar
a su familia; el excedente de leche y la crema que obtenía de la misma, sumaban
ingresos a la economía familiar; las siestas entrerrianas la veían pasar con la
vaca que había conseguido prestada para llevarla a tomar agua o para cambiarla
de lugar para que comiera en los distintos terrenos baldíos que había, cerca o
lejos de la casa. Doña Francisca, con un pañuelo blanco sobre la cabeza, el que
era sujetado entre los dientes, era parte del paisaje de la siesta cerritera.
Así como en su vida de joven o adulta participó de distintos
grupos que se formaron para colaborar con diversas actividades de la Parroquia
Virgen de la Merced, ya jubilada fue una activa participante del centro de
jubilados de la localidad, donde organizaban encuentros recreativos, viajes
para conocer diferentes lugares del país. Fue en uno de esos viajes donde le
tocó vivir uno de los hechos que entristeció la vida de la comunidad, cuando un
colectivo en el cual viajaban chocó contra un camión y murieron varias personas
de la comunidad. Fue también testigo del derrumbe de la Iglesia parroquial en
1950, donde murieron dos niñas del pueblo.
Francisca falleció el 15 de octubre de 2004, sus restos
descansan junto a los de su esposo en el Cementerio de General Paz.
Gerardo Roberto
Martínez
Presidencia de la Plaza
(Chaco), marzo de 2017
Foto: Gentileza Juana Francisca Schuler.
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