RICARDO RIMLE
La estancia La Ciudadela, en el partido
bonaerense de General Viamonte, en su momento había llegado a tener tres mil
hectáreas, llegando hasta San Francisco y La Cautiva; por no tener sucesores,
sus dueños -Cayetano y María Marenco de Sánchez Díaz- habían decidido donar mil
hectáreas para construir una capilla y una escuela y vender el resto a familias
católicas numerosas.
Ricardo Rimle - Foto del autor. Los Toldos, 16-01-2018 |
El 27 de abril de 1948 llegaba al puerto de Buenos Aires, procedente de Génova,
el buque Brasil. En el alcanzaban la costa argentina doce
monjes benedictinos, procedentes del Abadía de Einsiedeln, quienes venían a fundar un monasterio en tierras de La Ciudadela, cercanas a Los Toldos; con este grupo llegaban
también dos jóvenes de 19 años, ex alumnos de la
escuela agrotécnica benedictina de Lucerna, quienes venían a trabajar en la
construcción de ese nuevo monasterio.
Uno de estos jóvenes inmigrantes era Richard Rimle, agricultor de profesión, nacido el
31 de julio de 1928 en el cantón suizo de Zúrich. Si
bien en la información provista por el Centro de Estudios Migratorios Latino
Americanos se registra como nacido en Umolen, se presume que es un error y que la localidad de nacimiento sería Meilen, capital del distrito del mismo nombre y uno de los doce distritos que
forman el Cantón de Zúrich, que ocupa buena parte del lado norte del Lago
de Zúrich.
Ricardo era hijo de un campesino que había
perdido su campo, pero que siempre quiso dedicarse a las actividades agrícolas.
Cuando se decidió venir a Argentina con el compromiso de trabajar cuatro años
con los monjes, pensaba regresar a Suiza, pero luego le gustó Argentina y se
quedó. En el monasterio fue el encargado de las actividades agropecuarias,
siendo el capataz en las tareas de campo de la flamante fundación.
En 1953, al cumplirse el compromiso
contraído con los monjes, con José Fässler quisieron comprar un lote de campo
de la estancia La Ciudadela, pero la dueña no quería vender porque la idea era
que compraran la tierra familias numerosas ya constituidas y ellos eran
solteros. Por esa razón se asoció con su compañero de escuela y de viaje para
comprar entre ambos las 130 hectáreas donde se encuentran actualmente. Como el
banco no les daba crédito, no podían comprar campo, pero la dueña María Marenco
de Sánchez Díaz decía que “había que venderle a los muchachos”, ofreciendo que
si conseguían el 20% del valor de la tierra, ella salía de garante por el
resto.
En el campo que compraron con José construyeron
una pequeña casa, donde vivieron hasta 1955, año en que Ricardo decidió
casarse, así que tiraron la moneda para ver quien se quedaba donde estaba la
casa y quien se tenía que ir; a Ricardo la suerte le fue favorable con la casa, quedándose con la parcela de tierra correspondiente, donde
se dedicó a la producción de huevos, cría de cerdos y engorde de novillos,
logrando así cumplir su sieño de ser agricultor.
Ricardo se casó con Elsa Odone, una
tóldense ítalo-argentina que trabajaba en la estancia La Ciudadela, con quien
tuvo tres hijas: “Todos me preguntaban
cuando iba a llegar el varón y yo les decía: los varones van a llegar solos”,
rememora Ricardo, hoy rodeado de nietos y bisnietos con quienes celebra sus 90
años de vida.
Gerardo
Roberto Martínez
Quitilipi
(Chaco), 31 de julio de 2018
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