jueves, 2 de julio de 2015

EL GUARDAPOLVO BLANCO NOS IGUALA



EL GUARDAPOLVO BLANCO NOS IGUALA
Aunque todos lo hemos usado, aunque todavía se usa, no todos sabemos que fue por disposición del presidente Hipólito Yrigoyen que todos los escolares del país usaran el delantal blanco, para de esta forma emparejar la vestimenta de los niños, simbolizándola igualdad ante la escuela.
La igualdad de todos ante la ley, la defensa por parte del Estado de los sectores más desprotegidos, fueron banderas que defendió este abogado, comisario, estanciero, profesor, dos veces diputado nacional, nacido en Buenos Aires el 12 de Julio de 1852, primer presidente electo por sufragio universal masculino y secreto, primer presidente reelecto en 1928 y primer presidente constitucional en ser derrocado por un golpe cívico-militar. Nacido en una familia de clase media baja, a fines del Siglo XIX era uno de los hombres más acaudalados del país, merced a sus estancias y campos. Sobrino de Leandro Além, no dudó en acompañar a este en la lucha armada en defensa de sus ideales. Participó de las revoluciones radicales de 1890 y 1893, financiando y conduciendo una fuerza de 8 mil hombres; encabezó la revolución de 1905, que consiguió la sanción de la Ley Sáenz Peña, que lo llevaría a la presidencia de la República.
Su gobierno se caracterizó por llevar adelante políticas emancipadoras. Encaró la reforma patrimonial, para lo cual trabajó para detener la dilapidación de la tierra pública, rescatar la que había sido ilegítimamente enajenada y defender del despojo al pequeño productor.
En legislación rural llevó adelante proyectos de fomento de la colonización y locación agrícola ganadera, cooperativas agrícolas, juntas arbitrales de trabajo agrícola, defensa de la población trabajadora y código rural, inembargabilidad de los útiles de labranza y créditos hipotecarios para pequeños productores para la compra de tierras.
Durante su gobierno, por primera el Estado se convirtió en único vendedor en el exterior de las cosechas; impulsó la formación de la Marina Mercante Nacional, tarea que no pudo desarrollar por la oposición que tuvo en el Congreso y en los medios periodísticos, y recién pudo ser creada en 1941.
Creó Yacimiento Petrolíferos Fiscales, lo que hizo solo Rusia y Argentina escaparan al reparto que dos grandes compañías hicieron del petróleo en el mundo. Cuando impulsaba la nacionalización de los yacimientos y el monopolio de su industrialización y comercialización por el Estado, le costó la caída del gobierno en 1930.
Impulsó los servicios públicos de transporte, la construcción de nuevas líneas ferroviarias, intentó la nacionalización de los ferrocarriles, que no pudo lograr y recién pudo hacerse durante el gobierno de Perón.
Comenzó un proceso político y económico de promoción y custodia de los derechos del trabajador, esto hizo que el movimiento obrero organizara grandes huelgas contra las patronales, encontrando en el Estado no al defensor de los privilegios, sino al árbitro cuya neutralidad se traducía en el libre juego de la organización y de las reivindicaciones legítimas de los trabajadores. La huelga ya no era un delito, los huelguistas ya no eran criminales, sino trabajadores que luchaban por la defensa de sus derechos. Envió al Congreso, quien no lo trató, el Código de Trabajo.
Pese a la defensa de estos derechos, su mandato se vio empañado por la Semana Trágica en 1919 y la Patagonia Rebelde entre 1920 y 1921, con centenares de obreros fusilados.
Fue el primer gobierno de la historia que gobernó sin Estado de Sitio. Se crearon nuevas universidades nacionales, 3 mil nuevas escuelas para educación común y el bachillerato nocturno, que permitió completar su educación a los obreros e incluso, seguir las profesiones universitarias.
Legisló sobre el salario mínimo y la jornada máxima de trabajo, encaró el problema de la jubilación y la vivienda para los trabajadores. Presentó un gran plan de casas económicas, pero el Congreso no le dio tratamiento.
Con su concepción humanista y universalista, acudió en ayuda de los pueblos que por efectos de la gran guerra sufrían las desgracias del hambre, la sed y el frío.
La Reforma Universitaria de 1918 fue una acción de libertad de pensamiento y actitud libertadora, fue una concepción cultural consciente de que está exigida de un programa ético político para su realización completa; fue un planteamiento de espiritualidad política, que nació en Argentina y se extendió al mundo.
Hipólito Yrigoyen insistió en el concepto referido a que la Unión Cívica Radical no es un partido más, cuya acción se limita a ser sólo una oposición a las calamidades gubernativas, ni una parcialidad que lucha en su beneficio, ni una composición de lugar para tomar asiento en los gobiernos, sino el mandato patriótico de nuestra nativa solidaridad nacional; es una convocatoria y organización, un Movimiento nacional histórico, que lucha como consecuencia de responder a una concepción afirmativa de la vida argentina, cuya autentica cualidad debe sustanciar y defender contra todo cuanto se le opone.
Al cumplirse este 3 de julio el 82º aniversario de su muerte, es bueno recordar esas palabras, para entender que en los procesos históricos, los partidos son coyunturales, y es el gran movimiento nacional y popular el que lleva a los pueblos a su grandeza y felicidad.
Gerardo Roberto Martínez
Presidencia de la Plaza (Chaco); julio de 2015

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