jueves, 27 de noviembre de 2014

FORTALECER LA PARTICIPACIÓN ES FORTALECER LA DEMOCRACIA



FORTALECER LA PARTICIPACIÓN ES FORTALECER LA DEMOCRACIA
La humanidad, en todos los momentos de su historia, ha dado pruebas de su capacidad creadora. Se puede analizar con orgullo las manifestaciones de la creatividad humana en la ciencia, la tecnología y el arte, pero existen campos en los cuales no es posible encontrar expresiones semejantes, donde la capacidad de crear no pudo -o no la dejaron- penetrar. Las tres grandes áreas en las cuales no se han evidenciado avances de relevancia o, por el contrario, revelan características de subdesarrollo son la gestión política, la administración de los ecosistemas y la organización territorial. Las consecuencias del descuido de estos tres importantes campos, se pueden explicar por sí solas; las estamos viendo, viviendo -y demasiadas personas padeciendo-,  a diario.
La democracia necesita volver a sus fuentes, a sus orígenes. La democracia debe ser nuevamente el gobierno del pueblo, para lo cual es necesario gestionar formas de democracia participativa para acercar el poder y la toma de decisiones a los ciudadanos, gestionando con planificación estratégica, abarcando todas las demandas ciudadanas en forma integral, que van desde lo económico, pasando por lo productivo, cultural, educativo, recreacional, desarrollo industrial, cuidado del medio ambiente, participación de los jóvenes. El Estado debe ser el regulador de la vida en sociedad y debe facilitar las herramientas para que la propia sociedad se auto regule. Y el municipio, como expresión del Estado más cercano a la ciudadanía, debe ser un activo gestor en esta regulación.
Presidencia de la Plaza es nuestro lugar en el mundo, es el departamento en el vivimos y convivimos. La desigualdad, la pobreza y su creciente marginalidad son consecuencia de políticas que han promovido valores individualistas, indolencia e indiferencia social, fragmentación y ausencia de solidaridad, compromiso y participación por parte los ciudadanos. Quienes bregamos por un cambio en la forma de hacer política y de gestionar la cosa pública, debemos aunar esfuerzos para recrear puntos de encuentro y para que los vecinos de cada barrio, de cada paraje, de cada colonia puedan expresarse, puedan manifestar sus problemas, puedan aportar elementos para la solución de los mismos.
Para ello se debe dar amplia información de la gestión pública a la ciudadanía y un amplio debate en la sociedad, con una participación activa de la población en las actividades de la comunidad, para que la democracia sea más participativa. Los debates transfieren poder a los vecinos; son espacios donde se reconstituyen las relaciones locales para el logro del bien común; las organizaciones sociales son un ejecutivo colegiado que define y acciona en su comunidad; con atribuciones y mecanismos de control constituidos por los propios vecinos.
Es necesaria una gestión municipal que desarrolle formas de participación formal e informal, que mantenga un vínculo cotidiano de comunicación entre los ciudadanos, sus entidades representativas, los concejales y los funcionarios municipales. Se trata de planificar, elaborar proyectos y tomar decisiones sobre la base de los auténticos requerimientos de los vecinos. Se debe hacer realidad los mecanismos de control de la gestión pública y participación ciudadana a través del presupuesto participativo, consulta popular, audiencia pública, plebiscito y revocatoria de mandato.
Un ciudadano bien informado es un ciudadano comprometido. Y un ciudadano comprometido no es un individualista, sino que actúa con un grupo humano, para ser artífices de su propio destino y no instrumentos de la ambición de nadie.
Presidencia de la Plaza; 27 de Noviembre de 2014

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