FORTALECER LA PARTICIPACIÓN ES FORTALECER LA
DEMOCRACIA
La humanidad, en todos los momentos de su historia, ha
dado pruebas de su capacidad creadora. Se puede analizar con orgullo las manifestaciones de la
creatividad humana en la ciencia, la tecnología y el arte, pero existen campos
en los cuales no es posible encontrar expresiones semejantes, donde la
capacidad de crear no pudo -o no la dejaron- penetrar. Las tres
grandes áreas en las cuales no se han evidenciado avances de relevancia o, por
el contrario, revelan características de subdesarrollo son la gestión política, la administración de los ecosistemas y la organización territorial. Las consecuencias del
descuido de estos tres importantes campos, se pueden
explicar por sí solas; las estamos viendo, viviendo -y demasiadas personas
padeciendo-, a diario.
La democracia necesita volver a sus fuentes, a
sus orígenes. La democracia debe ser nuevamente el gobierno del pueblo, para lo
cual es necesario gestionar formas de democracia participativa para acercar el
poder y la toma de decisiones a los ciudadanos, gestionando con planificación
estratégica, abarcando todas las demandas ciudadanas en forma integral, que van
desde lo económico, pasando por lo productivo, cultural, educativo,
recreacional, desarrollo industrial, cuidado del medio ambiente, participación
de los jóvenes. El Estado debe ser el regulador de la vida en sociedad y debe
facilitar las herramientas para que la propia sociedad se auto regule. Y el municipio,
como expresión del Estado más cercano a la ciudadanía, debe ser un activo
gestor en esta regulación.
Presidencia
de la Plaza es nuestro lugar en el mundo, es el departamento en el vivimos y
convivimos. La desigualdad, la pobreza y su creciente marginalidad son
consecuencia de políticas que han promovido valores individualistas, indolencia
e indiferencia social, fragmentación y ausencia de solidaridad, compromiso y
participación por parte los ciudadanos. Quienes bregamos por un cambio en la forma de
hacer política y de gestionar la cosa pública, debemos aunar esfuerzos para
recrear puntos de encuentro y para que los vecinos de cada barrio, de cada
paraje, de cada colonia puedan expresarse, puedan manifestar sus problemas,
puedan aportar elementos para la solución de los mismos.
Para ello se debe dar amplia información de la
gestión pública a la ciudadanía y un amplio debate en la sociedad, con una participación
activa de la población en las actividades de la comunidad, para que la
democracia sea más participativa. Los debates transfieren poder a los vecinos;
son espacios donde se reconstituyen las relaciones locales para el logro del
bien común; las organizaciones sociales son un ejecutivo colegiado que define y
acciona en su comunidad; con atribuciones y mecanismos de control constituidos
por los propios vecinos.
Es necesaria una gestión municipal
que desarrolle formas de participación formal e informal, que mantenga un
vínculo cotidiano de comunicación entre los ciudadanos, sus entidades
representativas, los concejales y los funcionarios municipales. Se trata de
planificar, elaborar proyectos y tomar decisiones sobre la base de los
auténticos requerimientos de los vecinos. Se debe hacer realidad los mecanismos
de control de la gestión pública y participación ciudadana a través del
presupuesto participativo, consulta popular, audiencia pública, plebiscito y
revocatoria de mandato.
Un ciudadano bien informado
es un ciudadano comprometido. Y un ciudadano comprometido no es un
individualista, sino que actúa con un grupo humano, para ser artífices de su propio destino y no instrumentos
de la ambición de nadie.
Presidencia de la
Plaza; 27 de Noviembre de 2014