viernes, 17 de enero de 2014

LA MUERTE DE ARTURO ILLIA



LA MUERTE DE ARTURO ILLIA

El 18 de enero de 1983, casi un año antes que en Argentina se recuperara la democracia, moría a los 82 años Arturo Umberto Illia, otro de los presidentes democráticos que engrosa la lista de gobernantes derrocados por golpes cívico-militares. Quienes lo defienden lo recuerdan por su honestidad y honradez, poniendo como ejemplo de ello que durante toda su vida lo hizo en su humilde casa de Cruz del Eje, donde se dedicaba a la medicina; quienes lo degradan recuerdan que en las elecciones presidenciales de 1963 Illia llegó con pocos votos (23%), con el 21% de votos en blanco, en una sociedad donde el peronismo estaba proscripto y con Perón en el exilio.
Durante su gobierno Illia avanzó hacia la apertura y habilitación del peronismo proscripto: a cinco días de asumir el gobierno se realizó un acto conmemorativo por el 17 de octubre “Día de la lealtad” en Plaza Miserere sin limitación alguna; en las elecciones legislativas de 1965 fue notorio el crecimiento electoral de las fuerzas peronistas. También se levanto la proscripción que pesaba sobre el Partido Comunista y se promulgaron penas a la discriminación y violencia racial.
Durante su gestión se sancionó la Ley de Medicamentos que golpeó duramente a los laboratorios transnacionales; se anularon los contratos petroleros firmados por Frondizi; se sancionó la Ley de Salario Mínimo, Vital y Móvil; destinó el mayor presupuesto de la historia democrática argentina a Educación, solamente superado por el presupuesto actual. Intentó avanzar sobre la Anulación de los Gastos Reservados, la Austeridad Republicana, la Vigencia del Derecho de Huelga. También rechazó el pedido del banquero norteamericano David Rockefeller, quien pretendía exenciones legales para instalar en el país una sucursal del banco Chase Manhattan.
Durante su gobierno la Asamblea General de Naciones Unidas aceptó la posición de la Argentina sobre las Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur, al considerarla como territorio bajo status colonial y recomendar a nuestro país y a Gran Bretaña iniciar negociaciones sobre el proceso de descolonización.
No fue fácil su paso por el gobierno, con su partido dividido, la presión constante de las Fuerzas Armadas y el disgusto de importantes sectores del establishment, el poder financiero y el empresariado, como la Unión Industrial y la Sociedad Rural. En las calles se realizaban marchas con carteles que pedían “Basta Illia”.
Su propio gabinete, integrado por golpistas, no veía con buenos ojos el levantamiento de la proscripción al peronismo y el avance electoral que este tenía. Carlos Alconada Aramburú fue Ministro de Educación y Justicia,  Ministro de Relaciones Exteriores fue Miguel Ángel Zavala Ortiz; ambos integraron los comandos civiles que atentaron contra el gobierno de Perón, el último responsable del bombardeo a Plaza de Mayo.
La historia no se repite, pero muestra hechos que si no se aprenden se corre el riesgo de repetirlos. Y esto deberían saberlo quienes dicen seguir el ejemplo de Arturo Illia y recordar que entre quienes fueron preparando el golpe con antelación, se encontraba Mariano Grondona, autor de los comunicados golpistas y que pocos años atrás pusiera en duda la continuidad del gobierno de CFK. Periodistas de esta calaña, con su resentimiento gorila y su pasado de socios e instigadores intelectuales de los golpes cívico-militares, siguen apostando hoy al intento destituyente y de obstrucción del Gobierno Popular que encabeza Cristina Fernández de Kirchner.
Recordar a Arturo Illia en esta fecha es bueno para ejercitar nuestra memoria: Para que no nos la vendan cambiada, con la construcción de un relato mediático que olvida lo que nos pasó, nos disfraza la realidad que es la única verdad y pretende hacernos creer que lo que pasa hoy no tiene nada que ver con quienes nos lo cuentan de esta manera camuflada. Por eso hay que estar atentos, con mucha memoria, para que no nos mientan descaradamente y no nos indignemos por ello.
Gerardo Roberto Martínez
Presidencia de la Plaza (Chaco); 18 de enero de 2014

viernes, 3 de enero de 2014

A 82 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN DE LOS HERMANOS KENNEDY



A 82 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN DE LOS HERMANOS KENNEDY

Se iniciaba el año 1932. Quince meses antes, el 6 de septiembre de 1930, en Argentina se producía el primer golpe de estado latinoamericano: José Félix Uriburu ensayaba en nuestro país lo que en el siglo XX sería moneda corriente para el poder conservador en el cono sur, derrocando al gobierno democrático de Hipólito Yrigoyen. Mientras en Buenos Aires la oligarquía conservadora y el radicalismo antiyrigoyenista festejaban el alejamiento de la “chusma” que por primera vez en la Historia Argentina había osado transitar los alfombrados salones de la Casa Rosada, los sectores populares probaron la resistencia con el firme convencimiento de correr tras la Justicia Social y la Soberanía Nacional. En Mendoza, el joven Arturo Martín Jauretche, indignado y con un Colt 38 en su cintura, sale a proclamar su lealtad al Presidente depuesto. Luego de un breve tiroteo es detenido. El Teniente Coronel Edelmiro Farrel, jefe del cuartel, se apiada de este joven idealista apresado con armas en las manos y no le aplica la Ley Marcial, solo lo expulsa de la provincia.
Otros no tienen la misma suerte. En Rosario se fusila a Joaquín Penina anticipando el crimen de José León Suárez y en la Penitenciaría Nacional a  los obreros anarquistas Severino Di Giovanni y  Paulino Scarfó, antes bárbaramente torturados por la Policía de Uriburu.
La serie de levantamientos populares de la década del ‘30 en el litoral argentino son quizás los prolegómenos del movimiento de masas que sintetizará el peronismo a partir de 1945. En 1931 el General Gregorio Pomar encabezaba el alzamiento Yrigoyenista cuyo epicentro era la provincia de Corrientes.
El día 3 de enero de 1932 a las 3 de la mañana, un grupo de catorce hombres comandados por Eduardo, Roberto y Mario Kennedy tomaron la ciudad de La Paz en el norte entrerriano, en defensa de la democracia. Los hermanos Kennedy vivían el atropello a la Constitución como una afrenta personal y sabían que esta misma Constitución consagra el derecho de combatir a la opresión. El gobernador de facto Luis L. Etchevehere -radical antipersonalista, fundador y propietario de El Diario de Paraná y bisabuelo del actual presidente de la Sociedad Rural Argentina- se comunica con Mario y lo intima a rendirse. Los hermanos Kennedy, de apellido gringo pero de criolla bravura y firmes convicciones democráticas, no se rinden y comienza la persecución por tierra, por agua, por aire, hasta que logran llegar al Uruguay.
Al cumplirse 82 años de esta gesta libertaria y pese a intencionados olvidos, recordamos hoy la corajuda decisión de estos tres radicales yrigoyenistas de combatir la dictadura y defender la democracia a cualquier precio, a la vez que recordamos que quienes hace poco mas de 8 décadas se opusieron al gobierno democrático, se opusieron a los intereses populares y defendieron los intereses de las minorías de privilegio, tienen los mismos apellidos de muchos que hoy también se encuentran en esa misma postura.
Gerardo Roberto Martínez
03-01-2014