Poblamiento y despoblamiento
del campo placeño
A la memoria de
Don Eduardo Quiroz
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo consiste
en una descripción del departamento Presidencia de la Plaza desde una perspectiva
sistémica, haciendo un especial hincapié en la dinámica poblacional del mismo,
como un intento de aproximación a entender
cómo se produjo el poblamiento, qué condiciones favorecieron la radicación de
las familias, por qué colonias importantes se despoblaron, y por qué el departamento en el periodo intercensal 2001–2010, tuvo un
crecimiento de solo 188 personas.
Casey expone que
“Vivir es vivir en la localidad, y conocer es ante todo conocer el lugar donde
uno vive”. Dirlik, por su parte dice que “La lucha por el lugar concreto es una
lucha contra el poder y la hegemonía de la abstracción” (Massey, 2004:80).
En el entendimiento que Presidencia de la Plaza es nuestro lugar en el mundo,
es el departamento en el vivimos y convivimos, y que la desigualdad, la pobreza
y su creciente marginalidad son consecuencia de decisiones políticas que a la
vez han promovido valores individualistas, indolencia e indiferencia social,
fragmentación y ausencia de solidaridad, falta de compromiso y participación
por parte de los ciudadanos. Para
revertir esta situación son necesarias políticas activas que, impulsadas por el
Estado, cuenten con la activa participación de la ciudadanía en su construcción, para lograr vivir / construir una sociedad que cada día
se parezca más a nuestros sueños.
METODOLOGIA
La metodología utilizada
durante el desarrollo del trabajo consistió en un estudio exploratorio de
información y antecedentes existentes para la elaboración de un diagnostico del
sector rural del departamento, para lo cual se recurrió a fuentes terciarias y
secundarias de información, como ser referencias bibliográficas, artículos periodísticos,
artículos científicos, documentos publicados y estadísticas oficiales. Asimismo
se recurrió a fuentes primarias, mediante entrevistas a los actores locales. Se
incluyen opiniones que en algunos casos fueran grabadas, y otras corresponden a
la experiencia de casi dos décadas de trabajo en la zona, que se dieron en
ocasiones informales de conversación, pero que son opiniones útiles a la hora
de generar diagnósticos y conocer cuáles han sido los hechos pasados que nos
hacen vivir este presente.
ESPACIO GEOGRÁFICO: EL DEPARTAMENTO PRESIDENCIA DE LA PLAZA
El departamento Presidencia de la Plaza fue
creado por Ley 6/53 y está constituido por un solo municipio, estando en la
ciudad cabecera la sede del gobierno municipal. Posee una superficie de 2.284 km2,
el ejido municipal tiene una superficie de 2.532 has. 96as 80ca. Se encuentra
ubicado en el centro este de la provincia del Chaco, lindando al Nornoroeste
con el departamento Sargento Cabral, al Este con el departamento General
Dónovan, al Oeste con el departamento 25 de Mayo y al Sur con el departamento
Tapenagá. La ciudad cabecera, del mismo nombre, se encuentra a los 26º 6'
latitud sur y 59º 30' longitud oeste, a 73 metros sobre el nivel
del mar.
ASPECTOS GENERALES
CARACTERÍSTICAS FÍSICAS Y CLIMÁTICAS
Presidencia de la Plaza integra, como toda la provincia del Chaco, la
unidad fisiográfica denominada Región Chaqueña, extensa llanura caracterizada
por su uniformidad topográfica, la reducida energía del relieve y por una leve
pendiente en dirección Noroeste-Sudeste. Los principales factores que permiten
la diferenciación de los ambientes son la diversidad climática, la
disponibilidad de agua y la variedad de suelos y vegetación.
PRECIPITACIONES
El departamento Presidencia
de la Plaza se encuentra dentro de la Región Sub - Húmeda Seca, Subregión
Oriental, de clima subtropical marítimo, con precipitaciones superiores en
verano y otoño. Las precipitaciones, junto con la distribución anual de estas,
son las que determinan la producción agropecuaria. El departamento es
atravesado por la isohieta de 1.000
mm. La distribución de las lluvias se concentra es dos
periodos definidos: Principio de primavera (fin de septiembre - octubre), y principio
de otoño (abril). En ambos periodos se ubica el 80-85 % del total anual de
precipitaciones, quedando de esta manera el invierno como una estación seca.
TEMPERATURA
La temperatura promedio
anual es de 21,5ºC, con una media en el mes más frío (Julio) de 15ºC, y una mínima media,
también en el mes de Julio, de 7ºC.
La mínima absoluta se registró en el mes de Julio, con una temperatura de
-5,6ºC. La media del mes más cálido (Enero), es de 27,5ºC, con una máxima media
de 36ºC,
registrada en el mismo mes. La máxima absoluta, registrada también en el mes de
Enero, fue de 45,7ºC.
SUBSISTEMA HIDRICO
La conformación del sistema hídrico responde a un diseño con
múltiples deltas que ha modelado una red de drenaje que se encuentra colmatada.
Existen numerosos elementos de anormalidad que influyen sobre el drenaje de la
planicie, con sistemas fluviales autóctonos y alóctonos en constante
desplazamiento horizontal, acumulación de agua (bañados, esteros, lagunas,
lagos terminales, áreas sin drenaje) y valles secos o madrejones que muestran
una marcada inestabilidad, asociada a la débil pendiente, a los desplazamientos
tectónicos, al régimen pluviométrico y a cambios climáticos recientes.
El desequilibrio en la distribución de las precipitaciones a lo
largo del año produce variaciones en el régimen hidrológico de los suelos y son
responsables de la presencia o ausencia de acuíferos aptos para el aprovisionamiento
de agua. Al no abundar los cursos superficiales de carácter permanente que
permitan su empleo en forma directa, el escurrimiento superficial es almacenado
para satisfacer las necesidades del hombre y del ganado.
El departamento se encuentra surcado por un conjunto de cursos
permanentes de agua que siguen una pendiente con dirección Noroeste - Sudeste,
entre los que se destacan los siguientes: Riacho Salto de la Vieja; esteros
Timbó, Carreta Quemada y Chajá; Cañadas de Caudé, Liva, Cien, Curundú,
Saladillo, Longhi, Tapenagá y Palometa; y los Bañados Panza de Cabra y Salto de
la Vieja.
En períodos de precipitaciones excesivas se produce la progresiva
saturación de los suelos, los cursos de agua desbordan y provocan inundaciones.
Este fenómeno se presenta con tiempos de recurrencia inferiores a los cinco
años y afecta a las áreas agrícolas donde se registran pérdidas económicas de
diferente magnitud dependiendo del uso de los suelos, del tiempo de permanencia
del agua en los campos y del estado vegetativo de los cultivos. Las
consecuencias de este fenómeno, en muchos casos, se evidencian en períodos posteriores
a los de su ocurrencia al incidir sobre las posibilidades de preparación de los
suelos o sobre los índices productivos de los rodeos (Codutti, 2003:11).
El ingreso de agua al departamento se produce a través de las
lluvias y de los cursos de agua. Estos cubren las zonas deprimidas, donde se
reservan a lo largo del año, escurriéndose los excedentes. El 68% de la superficie
del departamento (153.800 has.) estaba expuesta a la anegabilidad, sea esta
permanente o esporádica; esta situación cambió al realizarse el canal para
evacuar el agua de la Cuenca del Polvorín – Palometa, que saca toda el agua de
las zonas bajas, provocando que estos campos no puedan ser utilizados por
perder capacidad forrajera en épocas de sequía[1].
El conocimiento de los suelos
permite cotejar la aptitud de los mismos con el destino o el uso productivo
dado en la actualidad. En este contexto, se estima que menos del 45% de los
suelos con aptitud agrícola, con riesgos limitados a moderados, es utilizado
para esta finalidad, aspecto que pone de manifiesto las posibilidades de
expansión de esta actividad. Asimismo, un porcentaje importante de suelos
agrícolas está ocupado por la actividad ganadera o se encuentran cubiertos por
masas forestales con diferentes grados de aprovechamiento (Codutti, 2003:12).
Al ingreso de agua al departamento por los cursos naturales y las
precipitaciones, debe sumarse que a partir de 1980 la
localidad es abastecida con agua potable a través del acueducto que toma el
agua del Río Paraná y la transporta a las plantas de potabilización y a los
centros de distribución. Al no haberse previsto oportunamente un sistema de
drenaje de esta mayor cantidad de agua ingresada, provocó aumento en el nivel
de las napas freáticas y aparición de sal en superficie.
SUBSISTEMA PRODUCTIVO
AGRÍCOLA:
La actividad agrícola concentra el 2% de la superficie productiva de
Presidencia de la Plaza. Los cultivos industriales (donde el algodón aporta el
98,56%) poseen la mayor participación en el área agrícola, seguido por los
cereales y las oleaginosas. De todos los cultivos realizados, solo constituyen
cultivos de renta el algodón, la soja y el tabaco, siendo los demás utilizados
para consumo de la propia finca.
Para los productores, el principal cultivo de renta lo constituye el
algodón, el cual decreció en superficie sembrada, especialmente a partir de
1995, año en que se derogó la Ley
23.107, a
través de la cual el Estado subsidiaba la producción, abonando a los
productores que cultivaban entre 3 y 10 hectáreas de
algodón una asignación mensual, variable según la carga familiar del
beneficiario. A partir de la
Campaña 2004 - 2005 la superficie sembrada aumentó considerablemente,
aunque muy lejos todavía de las 8 mil hectáreas sembradas de algodón que se
logró en la década del ‘60.
La venta del algodón se realiza mayoritariamente en la Cooperativa Unión
y Progreso Ltda. (CUPAL), y en menor medida a acopiadores extra-locales que se
instalan en la localidad durante el período de cosecha. La primera realiza el
servicio de desmote y vende la fibra. Hasta comienzos de la década del’90
funcionó una hilandería en Presidencia de la Plaza, la que luego fue cerrada.
La soja tuvo un momento de esplendor entre 1995 y 2005
aproximadamente, llegándose a cultivar 600 hectáreas, abandonándose luego el
cultivo. En sus inicios se sembraba soja convencional, llegando en el 2001 a
difundirse variedades transgénicas en un 50% de la superficie. Era
comercializada a empresas ubicadas fuera del departamento.
Otro cultivo que integra la base productiva es el tabaco, que
promedia una superficie anual de siembra y plantación de 27 hectáreas y es
realizado por cinco productores de Colonia Brandsen Norte (CPA, 2001). En la década
del ’80 este fue un importante cultivo en la zona, quedando como testigo de
ello las estufas de secado, hoy abandonadas, ya que en esta última campaña solo
han cultivado tabaco dos productores. Este se entrega a la Cooperativa de Tabacaleros
del Chaco Ltda., de Margarita Belén.
GANADERO
La ganadería bovina se desarrolla en todo el departamento, sobre una
superficie de 221.151,55 has., ubicadas fundamentalmente al sur de la Ruta N° 16. Los pastizales
constituyen el principal recurso forrajero, complementado, en algunos casos,
por pasturas y rastrojos de cultivos.
La producción tiene como principal destino la invernada y la faena.
La invernada se realiza, preferentemente, en la región pampeana. La producción
de carne proveniente de la invernada se destina al mercado interno, pudiendo
ingresar una parte al mercado de exportación.
Los productores adoptan distintas modalidades de comercialización de
acuerdo a la escala de producción. El pequeño productor vende directamente sus
terneros, novillos y las categorías refugadas del rodeo a carnicerías locales,
siendo minoritaria la venta a comisionistas que compran para invernadores o
plantas frigoríficas radicadas en la provincia o fuera de la misma. Los
productores que poseen una mayor escala de producción cuentan con otras
alternativas para acceder al mercado, pudiendo vender la producción para
invernada o faena en el mercado provincial o nacional (Codutti, 2003:46).
La venta directa de la hacienda en pie consiste en operaciones
realizadas por los propios productores a compradores locales, aunque una parte
significativa requiere la participación de comisionistas o representantes de
frigoríficos. Este canal de comercialización representa una de las principales
modalidades de venta de la hacienda destinada a faena y en las operaciones
intervienen carniceros locales, frigoríficos y, en algunos casos,
matarife-carniceros o consignatarios vinculados a frigoríficos. A través de
esta modalidad también se canaliza parte de la hacienda destinada a la cría o
invernada.
Mensualmente la
Sociedad Rural de Presidencia de la Plaza realiza un
remate-feria de hacienda. Esta constituyen una modalidad de comercialización
que se caracteriza por la intervención de un consignatario y constituye una de
las alternativas de venta más utilizadas por los productores, tanto para el
ganado destinado a faena como a la cría o invernada. Esta modalidad de
comercialización es utilizada también para la venta de terneros y novillitos.
En la ganadería caprina el nivel tecnológico predominante es bajo,
aunque se observa un incipiente proceso de incorporación de reproductores con
genética de calidad y prácticas de manejo de las majadas. El principal recurso
forrajero está constituido por los pastizales y el ramoneo de especies
arbóreas, mientras que la utilización de pasturas, verdeos, rollos y fardos, granos,
balanceados y subproductos es baja o nula.
FORESTAL:
Originalmente los bosques chaqueños contaron con una gran riqueza en
maderas de alto valor económico, pero décadas de uso irracional, extrayendo los
mejores ejemplares, llevaron a un empobrecimiento cuali-cuantitativo de las
masas boscosas. En muchos casos no queda madera aprovechable, el bosque
remanente carece de valor económico y el desmonte parece ser la única
alternativa.
Sin embargo, manejado adecuadamente, el bosque puede brindar
beneficio económico directo a su propietario en forma de madera, leña, forraje,
frutos. Además favorece el equilibrio ecológico, protege de la erosión y mejora
el balance hidrológico.
La reinversión en este sector productivo es casi nula en este
departamento. El manejo no existe, la reforestación es ínfima, las pautas de
corte no siempre son respetadas. Las industrias derivadas (aserraderos, carpinterías)
siguen funcionando y en algunos casos incrementando su capacidad instalada
(INTA, 1997:24 y ss.).
SUBSISTEMA POBLACIÓN
POBLACIÓN ORIGINARIA
La historia oficial habla
del inicio del poblamiento de Presidencia de la Plaza junto con la llegada del
ferrocarril. Sin embargo, el área no estaba desierta, sino que estuvo habitada
durante miles de años por grupos indígenas nómades que explotaban diversos
recursos del ambiente ribereño, a través de una estrategia que combinó
sustentablemente la caza, la pesca y la recolección de productos vegetales y
animales. Estos aborígenes chaquenses pertenecen a la familia lingüística
Guaycurú y Mataco-Mataguayo (Báez, en INTA, 1997:20).
LA COLONIZACIÓN
En 1870, bajo la presidencia
de Sarmiento, el Estado nacional comienza la guerra
contra el indio chaqueño, que Yrigoyen declaró
militarmente terminada en 1917 (Vidal, s/f). En estas circunstancias es que
comienza el poblamiento no originario de la zona de Presidencia de la Plaza y
del Chaco en general.
La colonización de la Zona
Este de la provincia se hizo de acuerdo con la Ley 817 del año 1876, llamada de
inmigración y colonización, o “Ley Avellaneda”, que se aplicaba a nivel
nacional. A los colonos que fueran a poblar esas tierras se les daba una serie
de beneficios tales como víveres, habitación, animales de labor y de cría,
semillas, útiles de trabajo, etc., por lo menos durante un año.
Con el auge de la
explotación maderera aparece el ferrocarril a partir de 1909, desde Barranqueras
hacia el oeste. Construido por el Estado, tenía como finalidad facilitar la
explotación de los montes del interior del Chaco. La zona cubierta por este
ferrocarril fue trabajada por pequeños obrajes y surgió así una población
seminómada de obrajeros y hacheros que iban de un punto a otro buscando bosques
para cortar. Sólo quedaba población estable en los alrededores de las
estaciones ferroviarias. Para la fecha mencionada se instaló en la zona
Victorio Ghío, quien comenzó la explotación de los extensos quebrachales (García y Busiello, 1997:53).
El trazado del ferrocarril
(y posteriormente la actual Ruta N° 16, que corre paralela a las vías) separa
zonas de producción agropecuaria. La ganadería extensiva se encuentra al sur de
las misma, mientras que en suelos de aptitud mixta ubicados al norte de las
mencionadas vías de comunicación, la actividad está compuesta por ganadería
semiintensiva y/o forestal; ganadería extensiva y agricultura (Báez, en INTA,
1997:19). Esta separación departamental por la aptitud de uso de los suelos, hizo
que la ocupación del territorio con pequeños y medianos productores se ubicara
hacia el norte, mientras que hacia el sur de las vías mencionadas se ubicaran
grandes extensiones de uso ganadero.
El poblamiento de
Presidencia de la Plaza reconoce dos vertientes:
INMIGRACIÓN EXTRANJERA
Los inmigrantes llegaron a
la zona alrededor de 1910. El poblamiento con personas venidas del extranjero
se produce con la crisis de la actividad forestal, desplazándose el
eje de la economía chaqueña a la agricultura, que se desarrolló en el centro de
la provincia a través de los colonos, principalmente españoles y paraguayos.
A principios de la década del veinte llegaron
italianos, provenientes de la región del Friul, los que
encontraron en la zona un ambiente apto para realizar las tareas que
desarrollaban en su región natal: agricultura, ganadería y explotación
forestal.
Desde los comienzos de la
colonización hasta la década del sesenta del siglo pasado, el algodón será casi
el único cultivo del Chaco con cuya producción se avanzó en la ocupación de
casi todo el territorio. Se formaron así las colonias agrícolas que rodean a
los pueblos del Chaco, en nuestro caso a Presidencia de la Plaza.
INMIGRACIÓN CRIOLLA
A fines del siglo XIX y
principios del XX comenzaron a llegar desde Santa Fe productores con sus
vacunos. El algodón atrajo a criollos de Corrientes que llegaban a trabajar
como carpidores o cosecheros. Por lo común, al principio volvían a su provincia
después de la cosecha, pero más tarde comenzaron a quedarse, ocupando parcelas
de tierra que en general eran mucho más pequeñas que la de los colonos
europeos. Los criollos sólo podían obtener de ellas lo necesario para subsistir
y complementaban sus ingresos trabajando como hacheros de monte o en otras
tareas temporarias.
Estos trabajadores
golondrinas se fueron afincando en la zona, ocupando tierras fiscales desocupadas
o comprando mejoras en tierras que se encontraban ocupadas, dando origen a la importante
población de familias de productores minifundistas[2] que se han establecido en las colonias agrícolas de Presidencia de
la Plaza. Normalmente venía un integrante de la familia, que se instalaba en un
lugar, trayendo luego al resto de la familia, seguido posteriormente por otros parientes.
El acceso de la población
criolla no propietaria de la zona a la agricultura y al monte se realizó
fundamentalmente a partir del trabajo como asalariado o mediante formas
encubiertas de este último. Se inició a partir de trabajos en carpida y cosecha
de algodón, en condiciones de migrantes transitorios; progresivamente se
incorporaron las familias en trabajos de preparación de la tierra, siembra y
cultivo del textil, en formas precarias de tenencia, por cuenta de colonos de
origen europeo. Allí tomaron contacto y aprendieron la agricultura comercial
tal cual la conocen y aplican hoy en día (Flood et al, 1985:84).
“Yo era cochesero pué’, para la cochesa, algodonero. Yo tenía mi señora pué’
que era cochesera, vinimos juntos, nos quedamos por acá, los dos. Mi señora
falleció… Era cochesero de Cerrito, de Cerrito Corrientes”[3] (AB, 2012).
Para 1918 se habla de un
total de 54 familias intrusas, que totalizaban 160 habitantes (García y
Busiello, 1997:37 y ss.).
EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA
En
el Cuadro Nº 1 puede observarse cómo
aumentaba la población total de la provincia, en tanto este crecimiento no era
acompañado por el departamento Presidencia de la Plaza. Este fenómeno se
encuentra asociado al aumento de población de los grandes centros urbanos.
Cuadro Nº 1: Población de
la provincia del
Chaco y del departamento Presidencia de la Plaza. Total general y
variación. Periodo 1912-2010.
AÑOS
|
CHACO
|
% VARIACIÓN
|
PRESIDENCIA DE LA PLAZA
|
% VARIACIÓN
|
1912 (1)
|
|
|
323
|
|
1914
|
46.274
|
|
|
|
1920 (3)
|
|
|
859
|
62,40
|
1924 (4)
|
|
|
2.327
|
63,09
|
1934 (5)
|
|
|
7.370
|
68,43
|
1936 (6)
|
|
|
10.812
|
31,83
|
1947 (7)
|
430.555
|
89,25
|
12.062
|
10,36
|
1960 (7)
|
543.331
|
20,76
|
15.155
|
20,41
|
1970 (7)
|
566.613
|
4,11
|
11.760
|
-28,87
|
1980 (8)
|
701.392
|
19,22
|
|
|
1991 (8)
|
839.677
|
16,47
|
10.828
|
-8,61
|
2001 (8)
|
984.446
|
14,71
|
12.231
|
11,47
|
2010 (8)
|
1.053.466
|
6,55
|
12.419
|
1,51
|
FUENTE:
Elaboración propia en base a: (1) García y Busiello, 1997:37 y ss.; (4) Censo suplementario de población (García y Busiello, 1997:137); (7) Censos Nacionales de Población
1947, 1960 y 1970 INDEC; (8) Censo
Nacional de Población y Vivienda 1991, 2001 y 2010 INDEC.
AÑOS
|
POBLACIÓN
|
URBANA
|
RURAL
|
TOTAL
|
% VARIACIÓN
|
||
URBANA
|
RURAL
|
TOTAL
|
|||||
1947
|
Total
|
4.305
|
7.757
|
12.062
|
|
|
|
%
|
35,69
|
64,31
|
100,00
|
|
|
|
|
1960
|
Total
|
4.568
|
10.587
|
15.155
|
263
|
2.830
|
3.093
|
%
|
30,14
|
69,86
|
100,00
|
5,76
|
26,73
|
20,41
|
|
1970
|
Total
|
4.494
|
7.266
|
11.760
|
-74
|
-3.321
|
-3.395
|
%
|
38,21
|
61,79
|
100,00
|
-1,65
|
-45,71
|
-28,87
|
|
1991
|
Total
|
5.644
|
5.184
|
10.828
|
1.150
|
-2.082
|
-932
|
%
|
52,12
|
47,88
|
100,00
|
20,38
|
-40,16
|
-8,61
|
|
2001
|
Total
|
8.414
|
3.817
|
12.231
|
2.770
|
-1.367
|
1.403
|
%
|
68,79
|
31,21
|
100,00
|
32,92
|
-35,81
|
11,47
|
FUENTE:
Elaboración propia, en base a www.chaco.gov.ar/gobierno/ y CNPV ‘01.
Con relación
al comportamiento demográfico departamental, cabe señalar que la cabecera
político - administrativa de la jurisdicción actúa como polo de atracción de
una parte importante de la población proveniente del área rural.
DINAMICA DEL SUBSISTEMA POBLACIÓN
Se
puede inferir que antes de la llegada de población no originaria, el sistema
poblacional de lo que actualmente es Presidencia de la Plaza se encontraba en
equilibrio, ya que este era habitado por poblaciones nómades, que se afincaban
un tiempo en el territorio, vivían de lo que la naturaleza les proveía y luego
se trasladaban a otro lugar, donde también permanecían un tiempo y luego
nuevamente se trasladaban. Estos traslados podían deberse a que comenzaban a
escasear los alimentos que naturalmente se daban, o a la costumbre indígena qom
de abandonar la casa cuando muere uno de los integrantes de la familia, en el
entendimiento que esto era una señal de que había entrado el mal. Un informe de
1913 habla de 4 colonias aborígenes situadas en un radio no mayor a una legua y
media de la estación del ferrocarril; otro informe de 1915 habla de 300
aborígenes tobas que luego estos se fueron a Colonia Aborigen Chaco,
abandonando la zona de Presidencia de la Plaza (García y Busiello, 1997:46).
Esta
situación de equilibrio entre población y naturaleza comenzó a cambiar con el
inicio del Siglo XX, en que comenzó a registrarse a la zona el ingreso de
población forastera: los ganaderos santafesinos desde el sur; obrajeros,
carpidores y cosecheros desde Corrientes; extranjeros (principalmente
españoles) dedicados al comercio. A principios de
la década del veinte llegaron italianos.
Este incremento poblacional
continuó hasta 1960, fruto del propio crecimiento vegetativo y del aporte poblacional
que siguió dándose, fundamentalmente por población correntina. El campo placeño
continuó poblándose registrándose un pequeño crecimiento de la localidad de
Presidencia de la Plaza; en el período intercensal 1947 – 1960, la población
rural se incrementó un 27%, en tanto la población urbana lo hizo en un 6%.
La década del ’60 fue donde
mayor cantidad de población abandonó el departamento, registrándose pérdidas
poblacionales tanto en el área rural como urbana, si bien en esta última fue
menor (-2% contra -46%). El destino principal en esa época era el Gran Buenos
Aires.
“La gente se empezó a ir por la comodidad que
hay en la ciudad, porque los que estábamos acá trabajábamos, y se va la gente a
Bs. As, primero ponele una hija, un hijo
se va a Buenos Aires y viene de primera categoría y no trabaja y se lleva un
hermano uno, que allá no se trabaja y se vive. Allá la gente se encontraba mas
cómodo, mucho mas diversión, y acá había que trabajar, había mucho trabajo,
teníamos gente en cantidad acá. Pero que pasó, que la gente que viene de allá
del lado de la ciudad, del pueblo vivía más cómodo vivía sin trabajar y tenía
mas diversión y vivía mucho mejor, tenía mas categoría y nosotros siempre estábamos
con menos categoría estábamos acá y aparte no teníamos comodidades. Acá no
teníamos camino, esta ruta no había, todo era agua, pajonales. Para sacar la
producción esta gente que tenía en ese tiempo, tenían el cachapé que decimos,
la volanta… se cargaba cinco toneladas con los bueyes, a los tres días volvía
del pueblo. 4 – 5 carros, con los bueyes, a los tres cuatro días se volvía, con
la plata. En esa
época valía la plata, si yo a este campo lo compré por monedas” (RA,
2012).
Este
fenómeno continúa durante las décadas del ’70 y ’80, pero en este caso puede
apreciarse que casi la mitad de la población que abandona el campo se traslada
a la localidad de Presidencia de la Plaza, mientras que la otra mitad se va del
departamento. En el periodo intercensal 1979 – 1991 el campo pierde el 40% de
la población, y la ciudad se incrementa en un 20%. Cuentan testigos que las
estaciones de trenes estaban atestadas de gente con sus escasas pertenencias que
esperaba el tren que iba a Buenos Aires. Hay coincidencia en que a partir de
1976 se verificó un éxodo masivo. “La
gente se iban como pajaritos, todas las noches había una familia que se había
ido” (Sra. de B, 2012).
Hasta
1980 la población rural todavía superaba a la población urbana, situación que
se revierte en la década del '80 y se visualiza en el Censo de 1991 (Cuadro Nº 2), donde la participación en
la población rural se reduce al 47,88%.
El
éxodo rural continúa durante la década del ’90, pero en este caso la mayoría se
traslada a la ciudad cabecera del departamento. En el periodo intercensal
1991-2001, se registró un aumento en el total de la población de 1.403 personas
(11,47%), pero mientras que el aumento en el área urbana fue de 2.770 personas
(32,92%), en el área rural se produjo una disminución de 1.367 personas
(-35,81%), lo que refleja el despoblamiento que sufren las áreas rurales del
departamento y permite inferir que este traslado se realiza en el interior del
departamento.
El
mismo fenómeno se da en la década pasada, donde si bien aún no se cuenta con
datos censales, puede apreciarse el crecimiento del cinturón periurbano de
Presidencia de la Plaza y el vaciamiento que se está dando en la zona rural.
LA FORMACIÓN DE LAS COLONIAS
La
ocupación del territorio dio lugar a la formación de colonias, con parajes donde
se concentraron una serie de servicios. Esta ocupación del territorio no fue
planificada sino que se fue dando en función de la ocupación del territorio, lo
que se muestra en que la Dirección de Catastro de la Provincia del Chaco
actualmente menciona la existencia de cuatro colonias (La Dificultad, Pastoril,
Hipólito Vieytes y Coronel Brandsen[4]), mientras que en el
conocimiento popular las ubicaciones del departamento se reconocen como Colonia
Brandsen, El Curundú, Lote 5
- Colonia Pastoril, Santa Elena, Colonia Vieytes, El Palmar, Cuatro Árboles,
Fortín Aguilar, Brandsen Sur o El 41, Colonia Guayaibí, 13 de Junio, Lote 8,
Brandsen Liva.
El problema de la ocupación anárquica
de la tierra –en una dimensión no cuantificada– se debe a que los asentamientos
derivados de la actividad maderera fueron muy anteriores a la subdivisión
oficial de la tierra. El poblamiento del territorio bajo estas circunstancias
dio origen a un paisaje particular de caminos y senderos que intercomunican los
distintos parajes y grafican lo que fuera esta ocupación anárquica. Colonia
Vieytes escapa a esta definición, ya que la misma fue subdividida en lotes de
100 hectáreas cada uno en el año 1946 aproximadamente (Báez, 2009:40 y 41).
Este poblamiento dio lugar a
la formación de caseríos[5] que se situaron al borde de lugares de paso, que posteriormente se transformaron
en caminos, y pudieron desarrollar una influencia en su comarca. El puesto sanitario, el destacamento policial,
la escuela, la iglesia y el almacén de ramos generales son
los centros fundamentales de estas pequeñas poblaciones. Su tamaño es pequeño y
su crecimiento estaba limitado por la pobre tecnología de la época y las
dificultades de los transportes (Anónimo, s/f:1 y ss.).
Surgen espontáneamente, intentando dar solución
a la organización de las regiones con la teoría de Von Thünen, quien, a partir
del análisis de la distribución de tierras cultivables destacaba el factor
localización sobre el de fertilidad y explicaba la organización de la actividad
rural que circundaba a las urbes (Hiernaux, s/f:2-5; en Ramírez, 119).
Estos parajes tenían una intensa vida social y
cultural. Se realizaban carreras cuadreras, campeonatos de fútbol y quermeses,
que duraban hasta el atardecer (Aranda, 2009:21). Las Cooperadoras
escolares y clubes rurales organizaban festivales con el fin de recaudar
fondos, contratando conjuntos de jerarquía. En estos eventos se contrataban
colectivos para acercar a bailarines y a toda persona que gustaba escuchar
música; todas estas actividades se desarrollaban en las Colonias (Bandeo,
2008:13).
Existió entre 1967 y principios de la década
del ’80 un servicio de transporte público de pasajeros que unía las localidades
de Presidencia de la Plaza con Colonia Elisa, Las
Garcitas, Laguna Limpia y Colonias Unidas. En tiempos de cosecha se tenían que
hacer refuerzos de Colonia Brandsen a Presidencia de la Plaza (Bandeo, 2008:11
y ss.).
Dice Sauer (s/f:22) que el paisaje cultural es creado por un grupo
cultural a partir de un paisaje natural. La cultura es el agente, el área
natural es el medio y el paisaje cultural es el resultado. Bajo la influencia
de una determinada cultura, cambiante ella misma a lo largo del tiempo, el
paisaje se ve sujeto a desarrollo, atraviesa por fases y alcanza probablemente
el fin de su ciclo de desarrollo. Con la introducción de una cultura diferente
–esto es, proveniente de fuera– se establece un rejuvenecimiento del paisaje
cultural, o un nuevo paisaje cultural es sobreimpuesto a los remanentes de otro
anterior. Esto es lo que sucede con estos caseríos, que llegaron a tener cierta importancia, pero luego
perdieron la misma.
Para entender este presente, se lo debe
analizar como respuestas de diferentes
pasados, lo que nos permite entender la complejidad de lo que denominamos
respuesta y porque no podemos entender el presente sin comprender los pasados (Popolizio,
s/f:4).
CONCLUSIONES Y ALGUNAS PROPUESTAS
Concluye acá una
aproximación al proceso de poblamiento y despoblamiento que sufrió el
departamento Presidencia de la Plaza a lo largo de un siglo. Este fenómeno, que
no es extraño en el campo argentino, merece ser profundizado, con el objeto de
elaborar propuestas que permitan repoblar el campo, lo que necesariamente
implica diseñar un nuevo modelo de sociedad, con mayor inclusión social, con
mayor equidad, con mayor solidaridad. Ante los planteos de decisores políticos referidos a que
la urbanización es un proceso normal, entiendo que la misma es una tendencia
pero no un destino y que se puede y debe accionar para que no sea así. Una
nueva sociedad debe comprender –necesariamente– la ruralidad.
Nadie toma una
decisión que va a afectar su propio futuro y el de su familia si no tiene una
base para tomar tal decisión. Quienes deciden emigrar tienen sus razones para
hacerlo, y estas pueden ser racionales, pero también son emocionales; hay un
gran dolor que los mueve a tomar esa decisión para poder sobrevivir. Las
transformaciones económicas ocurridas en el país en la década del '90, entre
las que se destacan la apertura e integración comercial, la eliminación de
subsidios abiertos o encubiertos, la modernización y el cambio tecnológico de
la agricultura empresarial, produjeron modificaciones en las relaciones
sociales de las cadenas de valor de base agraria, aspectos que se manifestaron
en el deterioro de la calidad de vida (Codutti, 2003:106).
En el mismo
periodo hubo un cambio profundo en la institucionalidad pública, donde el Estado
se retiró, haciendo que el mercado quede libre como los lobos. Los campesinos
con sus viejas estructuras organizativas –y las instituciones que los
asesoraban– no pudieron o no supieron dar una respuesta oportuna al contexto,
las comunidades empezaron a fragmentarse rápidamente, hubo recortes sociales,
la política social pasó por una orientación neoconservadora, las identidades
sufrieron el impacto de una modernización excluyente, se debilitó la cohesión
social y aumentó el grado de complejidad, que hizo al Estado y la sociedad más
débil para procesar sus demandas crecientes.
El incremento
de la tecnología mecanizada produjo exclusión social, ya que no hubo políticas de
empleo. Si no hay una ampliación del alcance y la extensión de los sistemas de
aprendizaje, los expulsados no tienen oportunidad de ingresar al sistema. Otra
característica de la crisis fue el surgimiento de un nuevo grupo social rural
empobrecido, constituido por los productores familiares descapitalizados y
endeudados con entidades bancarias y proveedores de insumos y bienes de
capital. Endeudamiento impulsado por el propio Estado, quien a través del
entonces presidente Menem[6],
prometía que quienes incorporaran tecnología y aumentaran la producción
recibirían todo el apoyo del gobierno (Giarraca, 2001:133).
Así como el Estado estuvo
presente para forjar este presente que tenemos, debe ser el propio Estado quien
impulse un modelo transformado y transformador. Debemos recuperar la capacidad
de soñar en esta nuestra región, donde parte importante de sus habitantes se
debaten entre la urgencia y la necesidad, es decir, donde nuestra acción, como
trabajadores del Estado, como servidores públicos, como referentes de organizaciones,
se ve muy marcada por la inmediatez. Debemos perder el miedo a la libertad,
para recuperar o reinventar la capacidad de soñar en los escenarios posibles,
de construir esperanza. La capacidad movilizadora de los actores sociales, a
través de la apropiación, se torna clave. No hay construcción de historia sin
actores, no hay proceso sin fuertes voluntades y liderazgos que nos conduzcan a
la meta (Oyarzún Barrientos, s/f:21).
Ese es el sueño que nos mueve y para el
cual trabajamos. Si como dice Octavio Paz
(Yory, s/f:8) "las geografías son simbólicas", sólo a través de
nuestra activa participación -que de paso es la del propio paisaje que así nos
muestra- será posible que nuestro departamento, entendido como una "geografía
construida", corresponda verdaderamente a ese mundo que si bien no
será jamás el que deseamos, sí al menos habrá de acercarse a uno que nos
permita realizarnos más confiadamente en el ejercicio y despliegue de nuestra
libertad.
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En http://132.248.35.1/cultura/2003/ponencias-2/Wpon5.html
(22-10-2012)
[1] Esta situación demuestra lo acertado de los dichos de Florentino
Ameghino, quien hace más de 150 años, y refiriéndose a la Depresión del Salado
en la provincia de Buenos Aires, aseguraba que no se trataba de sacar el agua,
sino de manejarla.
[2] En adelante se utilizará indistintamente el término familia,
productor o pequeños productor, entendiendo que se hace referencia siempre a la
familia, con un claro sentido integral del “hombre total” y no desde una visión
parcializada: el productor (Miceli, 1995:9).
[3] En cursiva, testimonios de entrevistados.
[4] Las colonias Hipólito Vieytes y Coronel Brandsen fueron creadas por
decreto del Superior Gobierno de la Nación el 11-07-1921 (García y Busiello,
1997:57).
[5] Según la definición del Diccionario Enciclopédico Planeta, en su
primera acepción: Conjunto de casas que no llegan a constituir un pueblo.
[6] Carlos Saúl Menem ocupó la presidencia de la República Argentina durante dos
periodos consecutivos, comprendidos entre el 08-07-89 al 10-12-99.