jueves, 5 de diciembre de 2013

COMERCIALIZACIÓN EN MERCADOS LOCALES: CONSTRUYENDO SOBERANÍA ALIMENTARIA



COMERCIALIZACIÓN EN MERCADOS LOCALES: CONSTRUYENDO SOBERANÍA ALIMENTARIA

 “…cuando desde el Estado nos decían que el único modelo posible en nuestra Argentina era el globalizado, desde el Movimiento Agrario de Misiones empezamos a decir, ‘tiene que haber otro modelo como forma de resistencia a que nos desalojen de las chacras y vayamos a poblar los suburbios de la ciudad; era el producir alimentos, primero para el autoconsumo, y no depender de comprar si lo podríamos producir, y como decía, quien era parte de esta idea, Michel Gilbard, ‘que para garantizar una lucha, teníamos que garantizar la comida’” (Eugenio Kasalaba - Feria de Oberá, Misiones).

INTRODUCCIÓN

Al estudiar los clásicos manuales de comercialización, estos hacen referencia a las 3 C que se deben tener en cuenta para encarar exitosos procesos comerciales: Calidad, Cantidad, Continuidad. Sin embargo, hay dos de ellos que no son cumplidos por los agricultores familiares, precisamente por las características que tienen sus producciones; ellos son la Cantidad y la Continuidad. Es una de las características de la agricultura familiar la estacionalidad de la producción y su escases, atomizada. En cuanto a la Calidad, esta puede ser cumplida o no, tanto por la agricultura familiar como por la producción empresarial. Del mismo modo, otros hacen referencia a las 4 P (Producto, Promoción, Precio, Plaza), otros a las 4 C (Cliente, Comunicación, Costo  y Conveniencia) y otros a las 4 V.
Esta mirada, que prima en la academia y en la sociedad en general, ha comenzado a cambiar en los últimos años, muy lentamente, con poca magnitud, bastante invisibilizada, fruto del trabajo de las organizaciones campesinas y de sectores del Estado, en sus distintos estamentos. Como respuesta a la situación de crisis que explotó en el 2001, pero que se venía gestando desde varios años atrás, comenzaron a surgir experiencias de ferias francas, mercados solidarios, clubes de trueque, como forma de dar respuestas para sostener el consumo de sectores urbanos y la forma de vida de los pequeños productores. Algunos de estos emprendimientos fueron cayendo, en tanto que otras experiencias locales fueron creciendo y multiplicándose, existiendo hoy una incipiente red nacional de mercados locales solidarios que disputan espacios de comercialización y exigen a los Estados respuestas a sus demandas.
La participación de la Agricultura Familiar en el PBI es casi 20% con el 3,5% de la tierra cultivada según el último Censo Nacional Agropecuario. Esto demuestra que el sector es eficiente. Hay que trabajar para que este se posicione ante la sociedad.

LA SITUACIÓN GENERALIZADA

Las localidades de la Región NEA, como todo el país, no han podido escapar del fenómeno globalizador que se impuso en las últimas décadas, donde, entre otras características, pueden mencionarse:
·         Concentración corporativa agroindustrial en desmedro de la autosuficiencia productiva: La dependencia energética y tecnológica generada por el modelo agrícola dominante, ha venido acompañada por un control corporativo de los insumos y recursos productivos (ETC, 2008). A esto debe añadirse el creciente acaparamiento de tierra por parte de inversionistas corporativos en países en vías de desarrollo, la cual es destinada a la producción agroindustrial, especialmente de cultivos transgénicos y agrocombustibles (GRAIN, 2010). Este control corporativo característico de la agricultura industrial o agronegocio, no sólo impacta los procesos agrícolas sino todo el sistema socio-económico, político y alimentario global, ocasionando mayor desigualdad e inseguridad productiva y alimentaria (SOCLA, 2010:3).
·         Inseguridad alimentaria y nutricional: A consecuencia de diversos factores: i) reemplazo de la producción de alimentos básicos por productos comerciales e industriales que en gran porcentaje están destinados a la exportación y no al abastecimiento local; ii) erosión genética y la consecuente disminución del acceso y consumo a una variedad amplia de alimentos locales; iii) dependencia alimenticia en un número reducido de cultivos y variedades comerciales; iv) reducción o pérdida de cosechas por el incremento de la incidencia de plagas y enfermedades agrícolas como resultado de la uniformidad genética de los monocultivos de gran escala, v) dependencia en la importación y exportación de alimentos; vi) contaminación química y genética de la cadena alimentaria; y vii) pobreza causada por la marginalización de los agricultores rurales e indígenas de los beneficios productivos y económicos del modelo agrícola dominante, entre otros (SOCLA, 2010:4).
Esto se puede ver al recorrer los comercios locales: fiambres, lácteos, verduras, hortalizas, carnes, recorren cientos de kilómetros para llegar hasta las mesas de los consumidores. Esto trae varias consecuencias negativas:
·         Despilfarro energético: Que unos alimentos que se pueden encontrar en un radio de unos pocos kilómetros tengan que recorrer varias provincias, implica un enorme gasto energético. Se estima que se gastan alrededor de 19.000 k/cal. para colocar 2.200 k/cal. de alimentos en la mesa. Más aún, la cantidad de energía gastada sólo en el transporte de productos alimenticios, es casi igual al total de energía requerida por el sector primario para la producción de alimentos. Que tales situaciones se consideren positivas constituye sin duda una aberración conceptual (Max-Neef et al, 1986:57 y 58).
·         Mala calidad de los alimentos: Los alimentos producidos a gran escala para lejanos mercados requieren gran cantidad de conservantes y aditivos y se exponen a un sinfín de riesgos de contaminación. Todo ello en perjuicio de su calidad.
·         Exportación de recursos financieros: La necesidad de comprar alimentos producidos en mercados lejanos, implica erogar recursos que si estos se produjeran en la localidad, contribuirían a dinamizar la economía local.

DIAGNOSTICO Y PROPUESTAS DEL FONAF

Es bueno recordar que en su documento fundacional, el Foro Nacional de la Agricultura Familiar (FONAF) plantea que “la agricultura familiar es una ‘forma de vida’ y ‘una cuestión cultural’, que tiene como principal objetivo la ‘reproducción social de la familia en condiciones dignas’, donde la gestión de la unidad productiva y las inversiones en ella realizadas es hecha por individuos que mantienen entre sí lazos de familia, la mayor parte del trabajo es aportada por los miembros de la familia, la propiedad de los medios de producción (aunque no siempre de la tierra) pertenece a la familia, y es en su interior que se realiza la transmisión de valores, prácticas y experiencias”. Se incluye “en esta definición genérica y heterogénea distintos conceptos que se han usado o se usan en diferentes momentos, como son: Pequeño Productor, Minifundista, Campesino, Chacarero, Colono, Mediero, Productor familiar y, en nuestro caso, también los campesinos y productores rurales sin tierra y las comunidades de pueblos originarios. En el concepto amplio de ‘Agricultura Familiar’ deben incluirse las actividades agrícolas, ganaderas o pecuarias, pesqueras, forestales, las de producción agroindustrial y artesanal, las tradicionales de recolección y el turismo rural (Foro Nacional…,2006:4 y 5).
Entre los objetivos del Programa de Fortalecimiento de las Organizaciones planteados por el FONAF, se planteaba, entre otros, el de Promover el desarrollo y la consolidación de Organizaciones de agricultores familiares a escala local, provincial y nacional, a través del apoyo y promoción a procesos productivos, agroindustriales, de autoconsumo, de comercialización y financiamiento de las organizaciones, que contribuyan a su crecimiento y consolidación (Foro Nacional…,2006:12).
Entre las acciones de mediano plazo se proponía la elaboración, sanción y reglamentación de una Ley para la Reforma Agraria integral, la cual permitiría llevar adelante las acciones necesarias a largo plazo. Esta Ley, entre otros aspectos, debería contemplar la promoción y asistencia en los mecanismos de comercialización mediante un estudio de mercado dándole importancia al mercado interno (Foro Nacional…,2006:19). La aplicación de este programa de Reforma Agraria Integral requiere de condiciones adicionales que garanticen que la redistribución de la tierra contribuirá y fortalecerá el desarrollo productivo de las familias, y no la incorporación de nuevas parcelas al mercado de tierras. La mayoría de estas condiciones tienen que ver con garantizar el desarrollo productivo de la Agricultura Familiar a través de varias propuestas, entre las que se mencionaba la de promocionar y asistir en los mecanismos de comercialización (Foro Nacional…,2006:20).
Al referirse a las políticas diferenciales para la agricultura familiar, al hablar de infraestructura de producción se tratan los componentes y acciones necesarias en cada caso para acceder a las condiciones de vida, habitabilidad, manejo de la producción, cosecha y comercialización en relaciones dignas que permitan superar el modelo de exclusión vigente. Es necesaria la infraestructura para espacios para la comercialización local, fortaleciendo el intercambio en las comunidades, como por ejemplo en mercados locales y ferias (Foro Nacional…,2006:26). En el mismo ítem y al referirse específicamente a la comercialización el documento del FONAF menciona que “uno de los problemas planteados con insistencia en los ámbitos de discusión y debate que se plantearon a lo largo de este proceso fue la limitada capacidad de acceso a los mercados por parte de los productores familiares. Problemas relacionados con las normativas impositivas, previsionales y bromatológicas; situaciones oligopólicas creadas en muchas de las cadenas agroalimentarias más importantes del país, que limitan al productor familiar a un mero proveedor de materias primas sin posibilidades de establecer estrategias propias de articulación con los mercados y con el consumidor final de sus esfuerzos; problemas derivados de la falta de infraestructura adecuada para llegar físicamente a los mercados nacionales y regionales y problemas propios de la falta de capacitación y acompañamiento adecuado, son algunos de los inconvenientes que a lo largo de este debate se fueron planteando.
La visión desde la Agricultura Familiar es que sólo se puede ser sujeto económico pleno a través de la articulación soberana con los mercados, con capacidad de negociación, con conocimientos profundos de los factores que intervienen a la hora del intercambio de mercaderías y servicios, con igualdad de oportunidades, con un Estado que establezca normativas para las transacciones económicas y normativas de calidad y sanidad agroalimentaria contemplando al conjunto de actores sociales que forman parte del proceso de producción-comercialización-consumo, y no contemplando sólo a aquellos actores económicos con fuerte concentración de capital que detrás de una aparente modernización, capacidad exportadora o mejoramiento de la calidad, pretenden manejar los mercados de manera oligopólica.
Para lograr que los Agricultores Familiares sean sujetos económicos plenos es necesario contar con el apoyo de programas y visiones específicas que contemplen sus particularidades. Algunas propuestas para avanzar en este sentido son las siguientes:
a) Política de Caracterización y Registro de “Producto de Agricultura Familiar”
Esta caracterización permitirá diferenciar los productos de la Agricultura Familiar respecto de los productos de la agricultura empresarial, pudiendo servir de base para establecer estrategias de mercadeo específicas y poniendo a disposición de los consumidores información de los atributos propios de la Agricultura Familiar: producción artesanal, socialmente justa, sustentable, natural, etc., sin perder los atributos de calidad necesarios para su comercialización.
Esta caracterización se realizará mediante la construcción participativa de protocolos de producción por región-territorio y formará parte de la estrategia de desarrollo territorial que se den las organizaciones participantes.
Dentro de este marco se incluyen también las variantes “casero”, “natural”, “artesanal” y “tradicional”.
b) Política específica de calidad de los Productos de la Agricultura Familiar
Para el mejoramiento de la calidad de los productos de la Agricultura Familiar se propone la articulación con programas de la entonces Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (hoy con rango de ministerio) de apoyo al mejoramiento de la calidad que deben introducir la visión que desde la Agricultura Familiar se tienen de los procesos productivos y de la capacidad para implementar sistemas de calidad como son las Buenas Prácticas Agrícolas y las Buenas Prácticas de Manufactura. Es necesario destacar que desde la visión y desde las posibilidades de la Agricultura Familiar, es posible iniciar un camino de mejoramiento continuo de la calidad, camino que hasta hoy parece reservado, desde la concepción predominante, sólo a los grandes establecimientos agropecuarios y agroindustriales de la agricultura empresarial.
c) Política de promoción de infraestructura de procesamiento y comercial comunitaria
Uno de los mayores problemas para el acceso a los mercados lo constituye la falta de infraestructura adecuada, no sólo para la transformación, empaque y distribución de las mercancías sino también para la comercialización en centros estratégicamente distribuidos en los territorios. Por lo tanto se propone la creación de espacios comunitarios de acopio, clasificación, empaque y depósito de mercancías como así también la creación de mercados comunitarios cooperativos que actúen concentrando las producciones locales y que sirvan de centro de encuentro de oferentes y demandantes, para mejorar la transparencia en las negociaciones comerciales a través de la concentración y el acceso a la información.
d) Política de capacitación y acompañamiento a la comercialización
Se propone además la creación de un programa de capacitación, entrenamiento y acompañamiento en la gestión comercial para dotar a las organizaciones de las competencias necesarias para afrontar los desafíos del mercado en forma adecuada, que además de permitir la inserción competitiva y soberana en las cadenas comerciales permita ir entrenando miembros de las organizaciones en los aspectos comerciales que se deben afrontar en los mercados cada vez más competitivos.
e) Creación de una Red Comercial de la Agricultura Familiar
A través de la red que se ha consolidado con la participación en estos Foros y desde el espacio institucional pertinente que se propone poner en marcha para avanzar en esta tarea, se pretende crear una Red Comercial de la Agricultura Familiar con los siguientes objetivos:
Objetivo General:
Mejorar la capacidad de los productores y las organizaciones de la Agricultura Familiar para articularse con los mercados locales, nacionales e internacionales.
Objetivos específicos:
Abrir nuevos canales de comercialización diferenciados de las producciones de los productores y las organizaciones de la Agricultura Familiar.
Poner en marcha un espacio de comercialización propio en el Mercado Central de Buenos Aires.
Fortalecer las redes de intercambio comercial entre las diferentes organizaciones de la Agricultura Familiar.
Organizar las diferentes producciones de las organizaciones para poder presentarse en los mercados con condiciones de calidad, en cantidades adecuadas a las demandas de los centros de consumo y en los tiempos, envases y reglamentaciones adecuadas.
Poner en marcha un equipo de trabajo a nivel nacional y en cada región para facilitar la articulación con los mercados.
Capacitar a técnicos, dirigentes de organizaciones y productores en la comercialización eficiente y diferenciada de productos.
Mejorar los resultados económicos de los emprendimientos productivos de los productores y las organizaciones de la Agricultura Familiar a través del mejoramiento de los procesos comerciales.
Generar en los consumidores un posicionamiento propio de los productos de la Agricultura Familiar.
Poner en marcha el Compre Social para programas alimentarios.
Fomentar el comercio entre organizaciones y mercados alternativos.
Que los estados locales y provinciales fomenten el compre local para los mercados institucionales.
Plantear la problemática de comercialización con los países limítrofes.
Difundir los productos de la Agricultura Familiar (Foro Nacional…,2006:30 y ss.).
En el punto referido a Impuestos el FONAF propone que “como Política prioritaria, el Estado debe aplicar excepciones, subsidios y simplificaciones de todos los impuestos que intervienen en la producción y comercialización para permitir el desarrollo de la Agricultura Familiar (Foro Nacional…,2006:32). En relación a Normas Sanitarias, establece que: “Se precisa un trabajo conjunto entre el SENASA, el INTA, los programas que trabajan con el sector productor y el Foro Nacional de la Agricultura Familiar, para adecuar las propuestas de acciones a las normativas y viceversa en un proceso dinámico donde las diversas partes aportan sus saberes y plantean la readecuación de sus propuestas hasta lograr un punto de mutua conveniencia. (…) hacer hincapié en que la calidad de los productos de la Agricultura Familiar se produce en origen, en el campo y no en establecimientos empacadores, exportadores, comercializadores, etc. Por lo tanto no se deben aplicar normativas europeas para las comercializaciones entre países miembros del Mercosur (Foro Nacional…,2006:34).

LA RESPUESTA DEL ESTADO

Entre las respuestas planteadas desde el Estado a las demandas del FONAF pueden mencionarse:
·         Creación del Registro Nacional de Agricultura Familiar (RENAF) (Res. SAGPyA Nº 255/07) y del Registro Nacional de Organizaciones de la Agricultura Familiar (RENOAF).
·         Creación de la Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar (Res. SAGPyA  Nº 571/08).
·         En SENASA se crea la Comisión de Agricultura Familiar (SENAF) (Res. SENASA Nº 759/09 y 783/09), con el objeto de identificar la normativa vigente de difícil cumplimiento para los agricultores familiares con el fin de desarrollar y poner a disposición protocolos sanitarios y fitosanitarios, preservando el nivel de protección adecuado, en materia de sanidad y calidad agroalimentaria.
·         En septiembre de 2010 se eleva el rango de la SAGPyA a Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, pasando la Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar a Secretaría, con una subsecretaría dedicada exclusivamente a la Agricultura Familiar.
·         Creación del Monotributo de la Agricultura Familiar, a costo cero para el productor, que le permite facturar sus ventas, tener acceso a obra social y aportes previsionales para el acceso a la jubilación.
·         Creación del Programa Nacional de Sanidad, Calidad e Inocuidad en la Pequeña y Mediana Producción Agroalimentaria (Res. SENASA Nº 393/2012).
·         Apoyo y acompañamiento a las experiencias de comercialización a través de la asistencia técnica, la capacitación y la asistencia financiera. En la mayoría de las experiencias desarrolladas en la región, aparece el Estado como un soporte importante para las mismas, siendo la presencia del municipio muy importante para la habilitación de las mismas.
·         Aproximadamente el 80% de las ferias francas que funcionan en el país cuentan con habilitación municipal. Esto significa que el Estado municipal le provee cobertura legal para trabajar.
·         La provincia de Misiones sancionó una Ley de Ferias Francas y de creación del Registro Provincial de Salas de Elaboración de Alimentos Artesanales y de Alimentos Artesanales.

ESTRATEGIAS COMERCIALES EN EL NEA

Los productores familiares continuaron con sus estrategias de venta en los mercados locales, sin que por ello dejaran de hacer los cultivos tradicionales (tabaco, algodón, yerba mate). La venta puerta a puerta, a clientes fijos, ventas por encargue siguieron existiendo, pero en poco volumen.
Sin lugar a dudas que las ferias francas han sido la modalidad de venta en los mercados cercanos que mayor impacto han logrado en estas últimas dos décadas. Efectuando una proyección del relevamiento realizado en el año 2009 por el INTA – IPAF, hay más de 200 ferias en todo el país, en las que comercializan más de 2.500 familias de agricultores familiares, ofreciendo una movilidad que se sustenta en la agricultura familiar con una comercialización alternativa, que ofrece al consumidor productos frescos y sanos producidos en la proximidad de su lugar de residencia. La oferta directa del productor toma distintos nombres en su lugar de comercialización: además de Ferias Francas o Mercados Solidarios, se las conoce también como Ferias Verdes, Mercados Populares, Redes de Comercio Justo, Ferias de la Agricultura Familiar, Ferias Campesinas, Mercados del Productor al Consumidor, etc. El 65% de estas ferias se encuentran en el NEA, encontrándose el mayor número en Misiones, provincia que fue pionera en estos emprendimientos, a partir de experiencias replicadas de Brasil.
Las ferias francas de Misiones se han agrupado en un la Interferias de Misiones. Las de Corrientes han conformado la Asociación Provincial de Ferias Francas de Corrientes, en tanto en Formosa están iniciando un proceso de federación, al igual que en el Chaco.
La importancia de estos emprendimientos llevó a que en el año 2011 se realizara en la ciudad de Posadas el 1º Encuentro Nacional de Ferias Francas y Mercados Solidarios “Del Productor al Consumidor”, lo que constituyó un hecho histórico para quienes venden sus productos en Ferias y Mercados Solidarios de todo el país sin ningún tipo de intermediación, estableciendo una relación directa con sus clientes. Este evento fue visitado por cerca de 20 mil personas, que compraron los productos ofrecidos por los feriantes en  los amplios salones donde se ubicaron  los 600 stands de exposición y venta, con representantes de 21 provincias y delegaciones de países latinoamericanos.
En el 2013 se realizó el 2º Encuentro Nacional de Ferias Francas y Mercados Solidarios en la ciudad de Corrientes, del que participaron de 2.745 feriantes y emprendedores de todo el país (1.548 mujeres y 1.197 varones). Fueron más de 200.000 las personas que recorrieron el predio e hicieron compras de alrededor de $10.000.000, monto que impactó directamente en los productores y productoras. El evento que tuvo como lema “Manos argentinas construyendo otra economía”, constituyó una gran vidriera para tres alternativas de producción y comercialización: las ferias francas, los microemprendimientos y el programa Alimentos para Todos.
Diferente estrategia utilizaron productores goyanos, que viendo que la feria franca local no era un punto donde pudieran vender toda su producción, optaron por abastecer a los comercios locales. Con el apoyo de la Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación, del municipio de Goya y otras instituciones locales, encararon en el año 2009 el programa Campo Goyano, que involucra a 95 productores, abasteciendo con más de 30 variedades de verduras y hortalizas a 22 comercios minoristas. Desde sus inicios lleva comercializadas más de 300 toneladas de productos.

LAS VIRTUDES DE LA COMERCIALIZACIÓN LOCAL

·         Apoyo a la Agricultura Familiar: Con cada compra que el consumidor realiza está mejorando el nivel de ingresos de los agricultores de la zona.
·         Fortalece la Economía Local: Comprando producto locales el dinero circula en el territorio y no va a otras regiones.
·         Se consumen productos frescos: Estos productos provienen de las cercanías, no pasan por intermediarios, ni cámaras de frío y van directo de la chacra a la góndola.
·         Se consumen productos sanos: Los productores que abastecen a través de ferias francas u otros mercados habilitados cuentan con el asesoramiento de técnicos que garantizan un proceso de producción amigable con el medio ambiente y la salud.
·         La mejora en la comercialización tracciona a mejorar la producción.
·         Hay un contacto directo entre productor y consumidor, con lo cual ambos se retroalimentan recíprocamente.
·         Se preservan los valores de la cultura local.
·         El productor siente que es alguien, que tiene una identidad productiva, como es la de ser un yerbatero, un algodonero, un tabacalero; no es un vendedor de productos de la huerta, sino un feriante, lo que le da un cierto reconocimiento y prestigio social.
·         Se valoriza el rol y el espacio de la mujer en la familia. Más del 70% de la comercialización de la Agricultura Familiar está en sus manos, ellas son las dueñas de los conocimientos, de las cocinas, de las semillas, de sus secretos… Son organizadas, se juegan por causas nobles, son honestas, trabajadoras y cooperativistas; tienen la sensibilidad, el espíritu, la fuerza y la necesidad de tener su lugar.
·         Las ferias francas se originaron gracias a la fuerza de las mujeres, que tuvieron que salir a “parar la olla” y vender lo que sabían hacer desde siempre: producir alimentos ricos y sanos.
·         Se contribuye a consolidar la soberanía alimentaria, a partir de la democratización en el acceso a los alimentos.

LAS DEBILIDADES

Luego de casi dos décadas de trabajo puede verse en muchas localidades que las ferias francas no avanzan o que, por el contrario, se debilitan. Esta situación obedece a la falta de visión política que las mismas tuvieron en sus inicios; estas nacieron para dar respuestas económicas a los productores pero no tuvieron el objetivo de conquistar el mercado local. Al no tenerse en cuenta esto, prima el interés individual, así el productor ve al otro productor como un competidor y no como un aliado. De esta manera, si deja de vender, lo favorece porque deja de competir por un cliente.
Muchas experiencias terminaron mal porque la organización priorizó la utilidad individual por sobre el bien común, y al querer competir con las mismas herramientas del mercado capitalista el sector de la agricultura familiar está en desventaja. Los supermercados tienen la política de fidelización del cliente, ofreciendo tarjetas, créditos, promociones, integrando un sector de la comunidad. Si se habla de cualquier gran cadena supermercadista todos saben que se trata, pero si se habla de agricultura familiar, no todos saben hacia afuera de que se está hablando.
Cuando se compite con la lógica de los supermercados, los consumidores no entienden que las producciones son estacionales y demandan productos de contra estación. Esto lleva a que para dar respuesta a esta demanda se traigan productos externos y se pierde el sentido de vender los productos de la agricultura familiar.
Al no realizar análisis de costos, los precios se fijan por los establecidos en el mercado local. En algunos casos se toma un promedio y se vende a un determinado porcentaje más bajo, pero en otros casos se vende igual o más caro. “Vendemos poco, de mala calidad y caro, y pensamos que con eso vamos a hacernos ricos” (Juan Carlos Cáceres – Productor familiar de Laguna Blanca – Formosa).

LAS PROPUESTAS

En el marco de una convocatoria regional realizada por el SENASA en abril del 2010, las organizaciones de Agricultores Familiares de las provincias de Misiones y Corrientes, junto a los técnicos de la Subsecretaría de Agricultura Familiar (MAGyP), se reunieron para elevar un conjunto de propuestas al organismo convocante, a fin de aportar a la construcción y/o adecuación de normativas o resoluciones vigentes para el funcionamiento productivo y comercial de la Agricultura Familiar, entendiendo que en el actual contexto social, político y productivo, la Agricultura Familiar es considerada como proveedora de alimentos; para ello deben implementarse políticas diferenciadas acordes al sector.
Las propuestas elevadas fueron:
·         Se considere al agricultor familiar responsable con una libreta que lo habilite a circular y comercializar su producción; en el marco de una organización de productores de la Agricultura Familiar y con un proceso de capacitación en Buenas Prácticas, con asistencia técnica permanente.
·         Habilitar la faena en locales del agricultor familiar, que reúnan los requisitos mínimos que garanticen la higiene e inocuidad de los alimentos y productos destinados a la comercialización en fresco.
·         Promover capacitaciones de las buenas prácticas para técnicos y productores.
·         Que exista un padrón de oferentes dentro de la agricultura familiar y un registro de productores que se enmarcan en las normativas.
·         Que en el  traslado de productos cárnicos se puedan transportar dos especies en el mismo vehículo refrigerado o en conservadoras.
·         Que las instituciones articulen sus acciones a fin de brindar la posibilidad a los agricultores familiares a transportar y comercializar sus productos.
·         Que las cocinas hogareñas sean habilitadas como establecimientos de  producción  de los agricultores familiares para la transformación de productos.
·         Que se permita transportar el producto cárnico de autoconsumo desde el lugar de producción al lugar de residencia.
·         Que el productor cuente con un  carnet que lo habilite para el  transporte de sus producciones.
·         Que se realice un seguimiento permanente del técnico que después certificará que la producción y/o producto implementó las buenas prácticas, articulado con la municipalidad local. La incumbencia del profesional debe ser tenida en cuenta.
Se debe pensar en el abastecimiento no solo de la base alimentaria, sino también el abastecimiento cultural. Lo importante no es el producto, las relaciones verdaderas son entre las personas, los productos agregan a esa relación.
El proceso de comercialización no difiere mucho de la producción. Si los productores saben planificar la producción (bien o mal), sabrán comercializar (bien o mal). Es un proceso que debe ir desde abajo hacia arriba, al revés lo hacen los grandes supermercados.
Por ello es que se debe integrar estas producciones pensando en promocionarlas y poner en el centro de la escena a este modo de producción. La agricultura familiar pareciera que se mueve en el perímetro, pero hay que pensar en ponerla en el centro.
Todos los espacios de comercialización deben ser felices y alegres como son las producciones familiares, así los vecinos lo empiezan a entender. Los que compran son los consumidores responsables, personas a las que se les conoce el rostro, sus ideas, sus pensamientos.
La comercialización debe estar en mano de una organización que la conduzca y se haga responsable de ese aspecto, el problema es que cuando se hace en forma asamblearia, se disputa poder, sobre todo para capturar recursos del Estado.
La Soberanía Alimentaria es el derecho de los pueblos, comunidades y países a definir su propia política agraria, de empleo, pesquera, alimentaria y de tierras de manera tal que sea ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas para sí y sus condiciones únicas. Esto incluye el verdadero derecho a la alimentación y a las formas de producirlo, lo que significa que todos los pueblos tienen el derecho a una alimentación sana, nutritiva y culturalmente apropiada, y a la capacidad para mantenerse a sí mismos y a sus sociedades.
Es nuestro deber el de alertar a la población sobre el riesgo que corremos de perder nuestra soberanía alimentaria, es decir nuestro derecho a decidir qué alimentos queremos producir y consumir. De allí la importancia de conocer el valor de la agricultura familiar, y de reclamar la creación de políticas públicas que apoyen este modelo de producción de alimentos, que significan más vida para el campo y la ciudad.

PARA FINALIZAR

Latinoamérica ha sufrido y sigue sufriendo un proceso de transculturización y desvalorización de las costumbres y tradiciones de los pueblos que la conforman. Este proceso de penetración fue digitado por el poder económico del capitalismo y neoliberalismo, a través de sus imágenes y productos; los cuales ya forman parte del acerbo cultural de los conglomerados urbanos del continente latinoamericano.
Aún existe otra Latinoamérica a la que se está rescatando, que conserva sus particularidades sin la contaminación sociocultural de las imágenes u productos del neoliberalismo. De ésta Latinoamérica es parte nuestro país, de esta Latinoamérica unida nos estamos haciendo cargo en los últimos tiempos.
Gran parte de sus costumbres y tradiciones aún se conservan en las familias de criollos y pueblos originarios que mantienen sus maneras de producir, intercambian sus semillas, cultivan sus propios alimentos y transmiten sus saberes a sus hijos como muestra del orgullo, dignidad y riqueza que nuestro pueblo aún posee.
Lamentablemente, la extranjerización de productos e imágenes aún continúa y dicho proceso continuará en la medida que no rescatemos las costumbres y saberes de nuestros pueblos y los posicionemos donde todos los vean. El rescate debe ser integral, de los productores y de sus productos, y dicho rescate debe estar acompañado con un programa que los coloque donde todo el mundo pueda reconocerlos, disfrutarlos y transferirlos.
Para ir “rompiendo” con este condicionamiento que la transculturación trata de imponernos, es necesario “mirarnos hacia adentro” y recuperar y posicionar al mundo nuestra diversidad e identidad nacional, la cual está latiendo en cada rincón de nuestra patria. Para ello se necesita de la implementación de programas concretos, que apunten a dar empoderamiento a los Agricultores Familiares a través de sus Organizaciones (Rama, 2012).
Estamos en una nueva realidad de país, en medio de una fuerte crisis internacional, donde debemos pensar en otras cosas, pensando en cómo nos proyectamos hacia el futuro, con una mirada más integradora, sino vamos a seguir pensando en ver como conseguimos un plan social que nos ayude a pasar el mal rato. Los problemas de comercialización que atraviesan los productores familiares no se resuelven con recetas técnicas, sino que se necesitan decisiones políticas.
Al alcance de la voluntad están las posibilidades del desarrollo local; de las ferias de productores; las posibilidades de agregar valor y calidad a las producciones del campo y aprovechar los nichos de mercado; de volver a una agricultura de bajos insumos y de recuperar las chacras mixtas que tenían los abuelos. Es necesario tener visión global pero operar localmente. Para intentar sobrevivir al discurso neoliberal y a sus propuestas es preciso operar sobre el Estado en sus tres estamentos, pero principalmente el municipal, con todo el poder que puedan darnos las organizaciones políticas y sociales. Durante mucho tiempo hemos menospreciado este espacio político donde deberíamos hacernos fuertes en base al mercado local. Una visión provinciana nos inhibe sin embargo de jugar en lo local con la misma fuerza y agresividad con que solemos actuar a nivel nacional. Si podemos bloquear una ruta o sus peajes, ¿por qué no hacer lo mismo con el municipio? Tal vez porque hacerlo con el Municipio implica la decisión de disputar el poder directamente y en cambio otras formas de lucha conllevan la idea de que sean otros los que solucionen nuestros problemas. Pero la única verdad es la realidad, y la realidad nos dice que si no somos capaces de ayudarnos a nosotros mismos, nadie lo va a hacer por nosotros. Un nuevo modelo, alternativo al que nos condena, hay que comenzar a construirlo a partir del desarrollo local, sentando las bases de la seguridad alimentaria de la población y organizando un mercado directo entre productores y consumidores. Y para lograrlo es ineludible dar la cara y el debate en el propio lugar, desmontando las estructuras anacrónicas del clientelismo político y de los intereses creados.
Solamente construyendo poder popular haremos realidad aquella frase que dice: “En una comunidad organizada cada uno debe producir al menos lo que consume”.

BIBLIOGRAFÍA

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·       FORO NACIONAL DE LA AGRICULTURA FAMILIAR 2006 Lineamientos Generales De Políticas Públicas Orientadas A La Elaboración De Un Plan Estratégico Para La Agricultura Familiar. Reproducido por Federación Agraria Argentina - Departamento de Desarrollo Rural.
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·       Max-Neef, Manfred; Elizalde, Antonio y Hopenhayn, Martín 1986 Desarrollo a Escala Humana. una opción para el futuro. Development Dialogue. Número especial 1986.
·       Rama, Gonzalo 2012 Programa Nacional de Comercialización para Organizaciones de la Agricultura Familiar. Postas de mi tierra. Presentación en power point.
·       SOCLA 2010 Marco conceptual en Agroecología: consensos de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología. Mimeo.