COMERCIALIZACIÓN EN
MERCADOS LOCALES: CONSTRUYENDO SOBERANÍA ALIMENTARIA
“…cuando desde el Estado nos decían que el
único modelo posible en nuestra Argentina era el globalizado, desde el
Movimiento Agrario de Misiones empezamos a decir, ‘tiene que haber otro
modelo como forma de resistencia a que nos desalojen de las chacras y vayamos a
poblar los suburbios de la ciudad; era el producir alimentos, primero para
el autoconsumo, y no depender de comprar si lo podríamos producir, y como
decía, quien era parte de esta idea, Michel Gilbard, ‘que para garantizar
una lucha, teníamos que garantizar la comida’” (Eugenio Kasalaba - Feria de Oberá, Misiones).
INTRODUCCIÓN
Al
estudiar los clásicos manuales de comercialización, estos hacen referencia a
las 3 C que se deben tener en cuenta para encarar exitosos procesos
comerciales: Calidad, Cantidad, Continuidad. Sin embargo, hay dos de ellos que
no son cumplidos por los agricultores familiares, precisamente por las
características que tienen sus producciones; ellos son la Cantidad y la
Continuidad. Es una de las características de la agricultura familiar la
estacionalidad de la producción y su escases, atomizada. En cuanto a la
Calidad, esta puede ser cumplida o no, tanto por la agricultura familiar como
por la producción empresarial. Del mismo modo, otros hacen referencia a las 4 P
(Producto, Promoción, Precio, Plaza), otros a las 4 C (Cliente, Comunicación,
Costo y Conveniencia) y otros a las 4
V.
Esta
mirada, que prima en la academia y en la sociedad en general, ha comenzado a
cambiar en los últimos años, muy lentamente, con poca magnitud, bastante
invisibilizada, fruto del trabajo de las organizaciones campesinas y de
sectores del Estado, en sus distintos estamentos. Como respuesta a la situación
de crisis que explotó en el 2001, pero que se venía gestando desde varios años
atrás, comenzaron a surgir experiencias de ferias francas, mercados solidarios,
clubes de trueque, como forma de dar respuestas para sostener el consumo de
sectores urbanos y la forma de vida de los pequeños productores. Algunos de
estos emprendimientos fueron cayendo, en tanto que otras experiencias locales
fueron creciendo y multiplicándose, existiendo hoy una incipiente red nacional
de mercados locales solidarios que disputan espacios de comercialización y
exigen a los Estados respuestas a sus demandas.
La
participación de la Agricultura Familiar en el PBI es casi 20% con el 3,5% de
la tierra cultivada según el último Censo Nacional Agropecuario. Esto demuestra
que el sector es eficiente. Hay que trabajar para que este se posicione ante la
sociedad.
LA SITUACIÓN GENERALIZADA
Las
localidades de la Región NEA, como todo el país, no han podido escapar del
fenómeno globalizador que se impuso en las últimas décadas, donde, entre otras
características, pueden mencionarse:
·
Concentración corporativa agroindustrial en desmedro de
la autosuficiencia productiva: La dependencia
energética y tecnológica generada por el modelo agrícola dominante, ha venido
acompañada por un control corporativo de los insumos y recursos productivos
(ETC, 2008). A esto debe añadirse el creciente acaparamiento de tierra por
parte de inversionistas corporativos en países en vías de desarrollo, la cual
es destinada a la producción agroindustrial, especialmente de cultivos transgénicos
y agrocombustibles (GRAIN, 2010). Este control corporativo característico de la
agricultura industrial o agronegocio, no sólo impacta los procesos agrícolas
sino todo el sistema socio-económico, político y alimentario global,
ocasionando mayor desigualdad e inseguridad productiva y alimentaria (SOCLA,
2010:3).
·
Inseguridad alimentaria y nutricional: A consecuencia de diversos factores: i) reemplazo de la
producción de alimentos básicos por productos comerciales e industriales que en
gran porcentaje están destinados a la exportación y no al abastecimiento local;
ii) erosión genética y la consecuente disminución del acceso y consumo a una
variedad amplia de alimentos locales; iii) dependencia alimenticia en un número
reducido de cultivos y variedades comerciales; iv) reducción o pérdida de
cosechas por el incremento de la incidencia de plagas y enfermedades agrícolas
como resultado de la uniformidad genética de los monocultivos de gran escala,
v) dependencia en la importación y exportación de alimentos; vi) contaminación
química y genética de la cadena alimentaria; y vii) pobreza causada por la
marginalización de los agricultores rurales e indígenas de los beneficios
productivos y económicos del modelo agrícola dominante, entre otros (SOCLA,
2010:4).
Esto
se puede ver al recorrer los comercios locales: fiambres, lácteos, verduras,
hortalizas, carnes, recorren cientos de kilómetros para llegar hasta las mesas
de los consumidores. Esto
trae varias consecuencias negativas:
·
Despilfarro energético:
Que unos alimentos que se pueden encontrar en un radio de unos pocos kilómetros
tengan que recorrer varias provincias, implica un enorme gasto energético. Se estima que se gastan
alrededor de 19.000 k/cal. para colocar 2.200 k/cal. de alimentos en la mesa.
Más aún, la cantidad de energía gastada sólo en el transporte de productos
alimenticios, es casi igual al total de energía requerida por el sector
primario para la producción de alimentos. Que tales situaciones se consideren
positivas constituye sin duda una aberración conceptual (Max-Neef et al,
1986:57 y 58).
·
Mala calidad de los alimentos:
Los alimentos producidos a gran escala para lejanos mercados requieren gran
cantidad de conservantes y aditivos y se exponen a un sinfín de riesgos de
contaminación. Todo ello en perjuicio de su calidad.
·
Exportación de recursos financieros: La necesidad de comprar
alimentos producidos en mercados lejanos, implica erogar recursos que si estos
se produjeran en la localidad, contribuirían a dinamizar la economía local.
DIAGNOSTICO Y PROPUESTAS DEL FONAF
Es bueno
recordar que en su documento fundacional, el Foro Nacional de la Agricultura
Familiar (FONAF) plantea que “la agricultura familiar es una ‘forma
de vida’ y ‘una cuestión cultural’, que tiene como principal
objetivo la ‘reproducción social de la familia en condiciones dignas’,
donde la gestión de la unidad productiva y las inversiones en ella realizadas
es hecha por individuos que mantienen entre sí lazos de familia, la mayor parte
del trabajo es aportada por los miembros de la familia, la propiedad de los
medios de producción (aunque no siempre de la tierra) pertenece a la familia, y
es en su interior que se realiza la transmisión de valores, prácticas y
experiencias”. Se incluye “en esta definición genérica y heterogénea distintos
conceptos que se han usado o se usan en diferentes momentos, como son: Pequeño
Productor, Minifundista, Campesino, Chacarero, Colono, Mediero, Productor
familiar y, en nuestro caso, también los campesinos y productores rurales sin
tierra y las comunidades de pueblos originarios. En el concepto amplio de ‘Agricultura
Familiar’ deben incluirse las actividades agrícolas, ganaderas o pecuarias,
pesqueras, forestales, las de producción agroindustrial y artesanal, las tradicionales
de recolección y el turismo rural (Foro Nacional…,2006:4 y 5).
Entre
los objetivos del Programa de Fortalecimiento de las Organizaciones planteados
por el FONAF, se planteaba, entre otros, el de Promover el desarrollo y la
consolidación de Organizaciones de agricultores familiares a escala local,
provincial y nacional, a través del apoyo y promoción a procesos productivos,
agroindustriales, de autoconsumo, de comercialización y financiamiento de las
organizaciones, que contribuyan a su crecimiento y consolidación (Foro Nacional…,2006:12).
Entre
las acciones de mediano plazo se proponía la elaboración, sanción y
reglamentación de una Ley para la Reforma Agraria integral, la cual
permitiría llevar adelante las acciones necesarias a largo plazo. Esta Ley,
entre otros aspectos, debería contemplar la promoción y asistencia en los
mecanismos de comercialización mediante un estudio de mercado dándole
importancia al mercado interno (Foro Nacional…,2006:19). La aplicación de este
programa de Reforma Agraria Integral requiere de condiciones adicionales que
garanticen que la redistribución de la tierra contribuirá y fortalecerá el
desarrollo productivo de las familias, y no la incorporación de nuevas parcelas
al mercado de tierras. La mayoría de estas condiciones tienen que ver con
garantizar el desarrollo productivo de la Agricultura Familiar a través de
varias propuestas, entre las que se mencionaba la de promocionar y asistir en
los mecanismos de comercialización (Foro Nacional…,2006:20).
Al referirse a las políticas diferenciales para la
agricultura familiar, al hablar de infraestructura de producción se tratan los componentes y acciones
necesarias en cada caso para acceder a las condiciones de vida, habitabilidad,
manejo de la producción, cosecha y comercialización en relaciones dignas que
permitan superar el modelo de exclusión vigente. Es necesaria la
infraestructura para espacios para la comercialización local, fortaleciendo el
intercambio en las comunidades, como por ejemplo en mercados locales y ferias
(Foro Nacional…,2006:26). En el mismo ítem y al referirse específicamente a la comercialización
el documento del FONAF menciona que “uno de los problemas planteados con
insistencia en los ámbitos de discusión y debate que se plantearon a lo largo
de este proceso fue la limitada capacidad de acceso a los mercados por parte de
los productores familiares. Problemas relacionados con las normativas
impositivas, previsionales y bromatológicas; situaciones oligopólicas creadas
en muchas de las cadenas agroalimentarias más importantes del país, que limitan
al productor familiar a un mero proveedor de materias primas sin posibilidades
de establecer estrategias propias de articulación con los mercados y con el
consumidor final de sus esfuerzos; problemas derivados de la falta de infraestructura
adecuada para llegar físicamente a los mercados nacionales y regionales y problemas
propios de la falta de capacitación y acompañamiento adecuado, son algunos de
los inconvenientes que a lo largo de este debate se fueron planteando.
La visión
desde la Agricultura Familiar es que sólo se puede ser sujeto económico pleno a
través de la articulación soberana con los mercados, con capacidad de
negociación, con conocimientos profundos de los factores que intervienen a la
hora del intercambio de mercaderías y servicios, con igualdad de oportunidades,
con un Estado que establezca normativas para las transacciones económicas y normativas
de calidad y sanidad agroalimentaria contemplando al conjunto de actores
sociales que forman parte del proceso de producción-comercialización-consumo, y
no contemplando sólo a aquellos actores económicos con fuerte concentración de
capital que detrás de una aparente modernización, capacidad exportadora o
mejoramiento de la calidad, pretenden manejar los mercados de manera
oligopólica.
Para
lograr que los Agricultores Familiares sean sujetos económicos plenos es
necesario contar con el apoyo de programas y visiones específicas que
contemplen sus particularidades. Algunas propuestas para avanzar en este
sentido son las siguientes:
a)
Política de Caracterización y Registro de “Producto de Agricultura Familiar”
Esta
caracterización permitirá diferenciar los productos de la Agricultura Familiar
respecto de los productos de la agricultura empresarial, pudiendo servir de base
para establecer estrategias de mercadeo específicas y poniendo a disposición de
los consumidores información de los atributos propios de la Agricultura
Familiar: producción artesanal, socialmente justa, sustentable, natural, etc., sin
perder los atributos de calidad necesarios para su comercialización.
Esta
caracterización se realizará mediante la construcción participativa de
protocolos de producción por región-territorio y formará parte de la estrategia
de desarrollo territorial que se den las organizaciones participantes.
Dentro
de este marco se incluyen también las variantes “casero”, “natural”,
“artesanal” y “tradicional”.
b)
Política específica de calidad de los Productos de la Agricultura Familiar
Para
el mejoramiento de la calidad de los productos de la Agricultura Familiar se
propone la articulación con programas de la entonces Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Pesca y Alimentación (hoy con rango de ministerio) de apoyo al
mejoramiento de la calidad que deben introducir la visión que desde la Agricultura
Familiar se tienen de los procesos productivos y de la capacidad para
implementar sistemas de calidad como son las Buenas Prácticas Agrícolas y las
Buenas Prácticas de Manufactura. Es necesario destacar que desde la visión y
desde las posibilidades de la Agricultura Familiar, es posible iniciar un
camino de mejoramiento continuo de la calidad, camino que hasta hoy parece reservado,
desde la concepción predominante, sólo a los grandes establecimientos
agropecuarios y agroindustriales de la agricultura empresarial.
c)
Política de promoción de infraestructura de procesamiento y comercial
comunitaria
Uno
de los mayores problemas para el acceso a los mercados lo constituye la falta
de infraestructura adecuada, no sólo para la transformación, empaque y
distribución de las mercancías sino también para la comercialización en centros
estratégicamente distribuidos en los territorios. Por lo tanto se propone la
creación de espacios comunitarios de acopio, clasificación, empaque y depósito
de mercancías como así también la creación de mercados comunitarios cooperativos
que actúen concentrando las producciones locales y que sirvan de centro de encuentro
de oferentes y demandantes, para mejorar la transparencia en las negociaciones comerciales
a través de la concentración y el acceso a la información.
d)
Política de capacitación y acompañamiento a la comercialización
Se
propone además la creación de un programa de capacitación, entrenamiento y acompañamiento
en la gestión comercial para dotar a las organizaciones de las competencias necesarias
para afrontar los desafíos del mercado en forma adecuada, que además de
permitir la inserción competitiva y soberana en las cadenas comerciales permita
ir entrenando miembros de las organizaciones en los aspectos comerciales que se
deben afrontar en los mercados cada vez más competitivos.
e)
Creación de una Red Comercial de la Agricultura Familiar
A
través de la red que se ha consolidado con la participación en estos Foros y
desde el espacio institucional pertinente que se propone poner en marcha para
avanzar en esta tarea, se pretende crear una Red Comercial de la Agricultura
Familiar con los siguientes objetivos:
Objetivo
General:
• Mejorar la capacidad de los productores y las
organizaciones de la Agricultura Familiar para articularse con los mercados
locales, nacionales e internacionales.
Objetivos
específicos:
• Abrir nuevos canales de comercialización diferenciados de
las producciones de los productores y las organizaciones de la Agricultura
Familiar.
• Poner en marcha un espacio de comercialización propio en
el Mercado Central de Buenos Aires.
• Fortalecer las redes de intercambio comercial entre las
diferentes organizaciones de la Agricultura Familiar.
• Organizar las diferentes producciones de las organizaciones
para poder presentarse en los mercados con condiciones de calidad, en
cantidades adecuadas a las demandas de los centros de consumo y en los tiempos,
envases y reglamentaciones adecuadas.
• Poner en marcha un equipo de trabajo a nivel nacional y
en cada región para facilitar la articulación con los mercados.
• Capacitar a técnicos, dirigentes de organizaciones y
productores en la comercialización eficiente y diferenciada de productos.
• Mejorar los resultados económicos de los emprendimientos
productivos de los productores y las organizaciones de la Agricultura Familiar
a través del mejoramiento de los procesos comerciales.
• Generar en los consumidores un posicionamiento propio de
los productos de la Agricultura Familiar.
• Poner en marcha el Compre Social para programas
alimentarios.
• Fomentar el comercio entre organizaciones y mercados
alternativos.
• Que los estados locales y provinciales fomenten el compre
local para los mercados institucionales.
• Plantear la problemática de comercialización con los
países limítrofes.
• Difundir los productos de la Agricultura Familiar (Foro
Nacional…,2006:30 y ss.).
En el
punto referido a Impuestos el FONAF propone que “como Política prioritaria, el
Estado debe aplicar excepciones, subsidios y simplificaciones de todos los
impuestos que intervienen en la producción y comercialización para permitir el desarrollo
de la Agricultura Familiar (Foro Nacional…,2006:32). En relación a Normas
Sanitarias, establece que: “Se precisa un trabajo conjunto entre el SENASA, el
INTA, los programas que trabajan con el sector productor y el Foro Nacional de
la Agricultura Familiar, para adecuar las propuestas de acciones a las
normativas y viceversa en un proceso dinámico donde las diversas partes aportan
sus saberes y plantean la readecuación de sus propuestas hasta lograr un punto
de mutua conveniencia. (…) hacer hincapié en que la calidad de los productos de
la Agricultura Familiar se produce en origen, en el campo y no en
establecimientos empacadores, exportadores, comercializadores, etc. Por lo
tanto no se deben aplicar normativas europeas para las comercializaciones entre
países miembros del Mercosur (Foro Nacional…,2006:34).
LA RESPUESTA DEL ESTADO
Entre
las respuestas planteadas desde el Estado a las demandas del FONAF pueden
mencionarse:
·
Creación
del Registro Nacional de Agricultura Familiar (RENAF) (Res. SAGPyA Nº 255/07)
y del Registro Nacional de Organizaciones de la Agricultura Familiar (RENOAF).
·
Creación
de la Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar
(Res. SAGPyA Nº 571/08).
·
En SENASA se crea la Comisión
de Agricultura Familiar (SENAF) (Res. SENASA Nº 759/09 y 783/09), con
el objeto de identificar la normativa vigente de difícil cumplimiento para los
agricultores familiares con el fin de desarrollar y poner a disposición
protocolos sanitarios y fitosanitarios, preservando el nivel de protección
adecuado, en materia de sanidad y calidad agroalimentaria.
·
En
septiembre de 2010 se eleva el rango de la SAGPyA a Ministerio de Agricultura,
Ganadería y Pesca, pasando la Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura
Familiar a Secretaría, con una subsecretaría dedicada exclusivamente a la
Agricultura Familiar.
·
Creación
del Monotributo de la Agricultura Familiar, a costo cero para el productor, que
le permite facturar sus ventas, tener acceso a obra social y aportes
previsionales para el acceso a la jubilación.
·
Creación
del Programa Nacional de Sanidad, Calidad e Inocuidad en la Pequeña y Mediana
Producción Agroalimentaria (Res. SENASA Nº 393/2012).
·
Apoyo
y acompañamiento a las experiencias de comercialización a través de la
asistencia técnica, la capacitación y la asistencia financiera. En la mayoría
de las experiencias desarrolladas en la región, aparece el Estado como un
soporte importante para las mismas, siendo la presencia del municipio muy
importante para la habilitación de las mismas.
·
Aproximadamente
el 80% de las ferias francas que funcionan en el país cuentan con habilitación
municipal. Esto significa que el Estado municipal le provee cobertura legal
para trabajar.
·
La
provincia de Misiones sancionó una Ley de Ferias Francas y de creación del
Registro Provincial de Salas de Elaboración de Alimentos Artesanales y de
Alimentos Artesanales.
ESTRATEGIAS COMERCIALES EN EL NEA
Los productores
familiares continuaron con sus estrategias de venta en los mercados locales,
sin que por ello dejaran de hacer los cultivos tradicionales (tabaco, algodón,
yerba mate). La venta puerta a puerta, a clientes fijos, ventas por encargue
siguieron existiendo, pero en poco volumen.
Sin lugar a dudas que las ferias francas han sido la modalidad de venta
en los mercados cercanos que mayor impacto han logrado en estas últimas dos
décadas. Efectuando una proyección del relevamiento realizado en el año 2009
por el INTA – IPAF, hay
más de 200 ferias en todo el país, en las que comercializan más de 2.500
familias de agricultores familiares, ofreciendo una movilidad que se
sustenta en la agricultura familiar con una comercialización alternativa, que
ofrece al consumidor productos frescos y sanos producidos en la proximidad de
su lugar de residencia. La oferta directa del productor toma distintos nombres
en su lugar de comercialización: además de Ferias Francas o Mercados
Solidarios, se las conoce también como Ferias Verdes, Mercados Populares, Redes
de Comercio Justo, Ferias de la Agricultura Familiar, Ferias Campesinas,
Mercados del Productor al Consumidor, etc. El 65% de estas ferias se encuentran
en el NEA, encontrándose el mayor número en Misiones, provincia que fue pionera
en estos emprendimientos, a partir de experiencias replicadas de Brasil.
Las ferias
francas de Misiones se han agrupado en un la Interferias de Misiones. Las de
Corrientes han conformado la Asociación Provincial de Ferias Francas de
Corrientes, en tanto en Formosa están iniciando un proceso de federación, al
igual que en el Chaco.
La importancia
de estos emprendimientos llevó a que en el año 2011 se realizara en la ciudad
de Posadas el 1º Encuentro Nacional de Ferias Francas y Mercados
Solidarios “Del Productor al Consumidor”, lo que constituyó un hecho histórico
para quienes venden sus productos en Ferias y Mercados Solidarios de todo el
país sin ningún tipo de intermediación, estableciendo una relación directa con
sus clientes. Este evento fue visitado por cerca de 20 mil personas, que
compraron los productos ofrecidos por los feriantes en los amplios
salones donde se ubicaron los 600 stands de exposición y venta, con
representantes de 21 provincias y delegaciones de países latinoamericanos.
En el 2013 se realizó el 2º Encuentro Nacional de Ferias
Francas y Mercados Solidarios en la ciudad de Corrientes, del que participaron
de 2.745 feriantes y emprendedores de todo el país (1.548 mujeres y 1.197 varones). Fueron más de 200.000 las
personas que recorrieron el predio e hicieron compras de alrededor de
$10.000.000, monto que impactó directamente en los productores y productoras. El
evento que tuvo como lema “Manos argentinas construyendo otra economía”, constituyó
una gran vidriera para tres alternativas de producción y comercialización: las
ferias francas, los microemprendimientos y el programa Alimentos para Todos.
Diferente
estrategia utilizaron productores goyanos, que viendo que la feria franca local
no era un punto donde pudieran vender toda su producción, optaron por abastecer
a los comercios locales. Con el apoyo de la Subsecretaría de Agricultura
Familiar de la Nación, del municipio de Goya y otras instituciones locales,
encararon en el año 2009 el programa Campo Goyano, que involucra a 95 productores, abasteciendo con más de 30
variedades de verduras y hortalizas a 22 comercios minoristas. Desde sus
inicios lleva comercializadas más de 300 toneladas de productos.
LAS VIRTUDES DE LA COMERCIALIZACIÓN LOCAL
·
Apoyo a la Agricultura Familiar: Con cada compra que el consumidor realiza
está mejorando el nivel de ingresos de los agricultores de la zona.
·
Fortalece la Economía Local: Comprando producto locales el dinero circula
en el territorio y no va a otras regiones.
·
Se consumen productos frescos: Estos productos provienen de las cercanías,
no pasan por intermediarios, ni cámaras de frío y van directo de la chacra a la
góndola.
·
Se consumen productos sanos: Los productores que abastecen a través de
ferias francas u otros mercados habilitados cuentan con el asesoramiento de
técnicos que garantizan un proceso de producción amigable con el medio ambiente
y la salud.
·
La mejora en la comercialización tracciona a mejorar la producción.
·
Hay un contacto directo entre productor y consumidor, con lo cual ambos se
retroalimentan recíprocamente.
·
Se preservan los valores de la cultura local.
·
El productor siente que es alguien, que tiene una identidad productiva,
como es la de ser un yerbatero, un algodonero, un tabacalero; no es un vendedor
de productos de la huerta, sino un feriante, lo que le da un cierto reconocimiento
y prestigio social.
·
Se
valoriza el rol y el espacio de la mujer en la familia. Más del 70% de la
comercialización de la Agricultura Familiar está en sus manos, ellas son las dueñas
de los conocimientos,
de las cocinas, de las semillas, de sus secretos… Son organizadas, se juegan
por causas nobles, son honestas, trabajadoras y cooperativistas; tienen la
sensibilidad, el espíritu, la fuerza y la necesidad de tener su lugar.
·
Las
ferias francas se originaron gracias a la fuerza de las mujeres, que tuvieron
que salir a “parar la olla” y vender lo que sabían hacer desde siempre:
producir alimentos ricos y sanos.
·
Se contribuye a consolidar la soberanía alimentaria, a partir de la democratización
en el acceso a los alimentos.
LAS DEBILIDADES
Luego de casi
dos décadas de trabajo puede verse en muchas localidades que las ferias francas
no avanzan o que, por el contrario, se debilitan. Esta situación obedece a la
falta de visión política que las mismas tuvieron en sus inicios; estas nacieron
para dar respuestas económicas a los productores pero no tuvieron el objetivo
de conquistar el mercado local. Al no tenerse en cuenta esto, prima el interés
individual, así el productor ve al otro productor como un competidor y no como
un aliado. De esta manera, si deja de vender, lo favorece porque deja de
competir por un cliente.
Muchas
experiencias terminaron mal porque la organización priorizó la utilidad
individual por sobre el bien común, y al querer competir con las mismas
herramientas del mercado capitalista el sector de la agricultura familiar está
en desventaja. Los supermercados tienen la política de fidelización del
cliente, ofreciendo tarjetas, créditos, promociones, integrando un sector de la
comunidad. Si se habla de cualquier gran cadena supermercadista todos saben que
se trata, pero si se habla de agricultura familiar, no todos saben hacia afuera
de que se está hablando.
Cuando se
compite con la lógica de los supermercados, los consumidores no entienden que
las producciones son estacionales y demandan productos de contra estación. Esto
lleva a que para dar respuesta a esta demanda se traigan productos externos y
se pierde el sentido de vender los productos de la agricultura familiar.
Al no realizar
análisis de costos, los precios se fijan por los establecidos en el mercado
local. En algunos casos se toma un promedio y se vende a un determinado
porcentaje más bajo, pero en otros casos se vende igual o más caro. “Vendemos poco, de mala calidad y caro, y
pensamos que con eso vamos a hacernos ricos” (Juan Carlos Cáceres –
Productor familiar de Laguna Blanca – Formosa).
LAS PROPUESTAS
En el marco de
una convocatoria regional realizada por el SENASA en abril del 2010, las
organizaciones de Agricultores Familiares de las provincias de Misiones y
Corrientes, junto a los técnicos de la Subsecretaría de Agricultura Familiar
(MAGyP), se reunieron para elevar un conjunto de propuestas al organismo
convocante, a fin de aportar a la construcción y/o adecuación de normativas o
resoluciones vigentes para el funcionamiento productivo y comercial de la
Agricultura Familiar, entendiendo que en el actual contexto social, político y
productivo, la Agricultura Familiar es considerada como proveedora de
alimentos; para ello deben implementarse políticas diferenciadas acordes al sector.
Las propuestas
elevadas fueron:
·
Se
considere al agricultor familiar responsable con una libreta que lo habilite a
circular y comercializar su producción; en el marco de una organización de productores
de la Agricultura Familiar y con un proceso de capacitación en Buenas Prácticas,
con asistencia técnica permanente.
·
Habilitar
la faena en locales del agricultor familiar, que reúnan los requisitos mínimos
que garanticen la higiene e inocuidad de los alimentos y productos destinados a
la comercialización en fresco.
·
Promover
capacitaciones de las buenas prácticas para técnicos y productores.
·
Que
exista un padrón de oferentes dentro de la agricultura familiar y un registro
de productores que se enmarcan en las normativas.
·
Que
en el traslado de productos cárnicos se
puedan transportar dos especies en el mismo vehículo refrigerado o en
conservadoras.
·
Que
las instituciones articulen sus acciones a fin de brindar la posibilidad a los agricultores
familiares a transportar y comercializar sus productos.
·
Que
las cocinas hogareñas sean habilitadas como establecimientos de producción
de los agricultores familiares para la transformación de productos.
·
Que
se permita transportar el producto cárnico de autoconsumo desde el lugar de
producción al lugar de residencia.
·
Que
el productor cuente con un carnet que lo
habilite para el transporte de sus
producciones.
·
Que
se realice un seguimiento permanente del técnico que después certificará que la
producción y/o producto implementó las buenas prácticas, articulado con la
municipalidad local. La incumbencia del profesional debe ser tenida en cuenta.
Se debe pensar
en el abastecimiento no solo de la base alimentaria, sino también el
abastecimiento cultural. Lo importante no es el producto, las relaciones
verdaderas son entre las personas, los productos agregan a esa relación.
El proceso de
comercialización no difiere mucho de la producción. Si los productores saben
planificar la producción (bien o mal), sabrán comercializar (bien o mal). Es un
proceso que debe ir desde abajo hacia arriba, al revés lo hacen los grandes
supermercados.
Por ello es que
se debe integrar estas producciones pensando en promocionarlas y poner en el
centro de la escena a este modo de producción. La agricultura familiar
pareciera que se mueve en el perímetro, pero hay que pensar en ponerla en el
centro.
Todos los
espacios de comercialización deben ser felices y alegres como son las
producciones familiares, así los vecinos lo empiezan a entender. Los que
compran son los consumidores responsables, personas a las que se les conoce el
rostro, sus ideas, sus pensamientos.
La
comercialización debe estar en mano de una organización que la conduzca y se
haga responsable de ese aspecto, el problema es que cuando se hace en forma
asamblearia, se disputa poder, sobre todo para capturar recursos del Estado.
La Soberanía
Alimentaria es el derecho de los pueblos, comunidades y países a definir su
propia política agraria, de empleo, pesquera, alimentaria y de tierras de
manera tal que sea ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas para
sí y sus condiciones únicas. Esto incluye el verdadero derecho a la
alimentación y a las formas de producirlo, lo que significa que todos los
pueblos tienen el derecho a una alimentación sana, nutritiva y culturalmente
apropiada, y a la capacidad para mantenerse a sí mismos y a sus sociedades.
Es nuestro
deber el de alertar a la población sobre el riesgo que corremos de perder
nuestra soberanía alimentaria, es decir nuestro derecho a decidir qué alimentos
queremos producir y consumir. De allí la importancia de conocer el valor de la
agricultura familiar, y de reclamar la creación de políticas públicas que
apoyen este modelo de producción de alimentos, que significan más vida para el
campo y la ciudad.
PARA FINALIZAR
Latinoamérica
ha sufrido y sigue sufriendo un proceso de transculturización y desvalorización de las costumbres
y tradiciones de los pueblos que la conforman. Este proceso de penetración fue
digitado por el poder económico del capitalismo y neoliberalismo, a través de
sus imágenes y productos; los cuales ya forman parte del acerbo cultural de los
conglomerados urbanos del continente latinoamericano.
Aún existe otra
Latinoamérica a la que se está rescatando, que conserva sus particularidades
sin la contaminación sociocultural de las imágenes u productos del
neoliberalismo. De ésta Latinoamérica es parte nuestro país, de esta
Latinoamérica unida nos estamos haciendo cargo en los últimos tiempos.
Gran parte de
sus costumbres y tradiciones aún se conservan en las familias de criollos y
pueblos originarios que mantienen sus maneras de producir, intercambian sus
semillas, cultivan sus propios alimentos y transmiten sus saberes a sus hijos
como muestra del orgullo, dignidad y riqueza que nuestro pueblo aún posee.
Lamentablemente,
la extranjerización de productos e imágenes aún continúa y dicho proceso
continuará en la medida que no rescatemos las costumbres y saberes de nuestros
pueblos y los posicionemos donde todos los vean. El rescate debe ser integral,
de los productores y de sus productos, y dicho rescate debe estar acompañado
con un programa que los coloque donde todo el mundo pueda reconocerlos,
disfrutarlos y transferirlos.
Para ir
“rompiendo” con este condicionamiento que la transculturación trata de
imponernos, es necesario “mirarnos hacia adentro” y recuperar y posicionar al
mundo nuestra diversidad e identidad nacional, la cual está latiendo en cada
rincón de nuestra patria. Para ello se necesita de la implementación de
programas concretos, que apunten a dar empoderamiento a los Agricultores
Familiares a través de sus Organizaciones (Rama, 2012).
Estamos en una
nueva realidad de país, en medio de una fuerte crisis internacional, donde
debemos pensar en otras cosas, pensando en cómo nos proyectamos hacia el
futuro, con una mirada más integradora, sino vamos a seguir pensando en ver
como conseguimos un plan social que nos ayude a pasar el mal rato. Los
problemas de comercialización que atraviesan los productores familiares no se
resuelven con recetas técnicas, sino que se necesitan decisiones políticas.
Al alcance de
la voluntad están las posibilidades del desarrollo local; de las ferias de
productores; las posibilidades de agregar valor y calidad a las producciones
del campo y aprovechar los nichos de mercado; de volver a una agricultura de
bajos insumos y de recuperar las chacras mixtas que tenían los abuelos. Es
necesario tener visión global pero operar localmente. Para intentar sobrevivir
al discurso neoliberal y a sus propuestas es preciso operar sobre el Estado en
sus tres estamentos, pero principalmente el municipal, con todo el poder que
puedan darnos las organizaciones políticas y sociales. Durante mucho tiempo
hemos menospreciado este espacio político donde deberíamos hacernos fuertes en
base al mercado local. Una visión provinciana nos inhibe sin embargo de jugar
en lo local con la misma fuerza y agresividad con que solemos actuar a nivel
nacional. Si podemos bloquear una ruta o sus peajes, ¿por qué no hacer lo mismo
con el municipio? Tal vez porque hacerlo con el Municipio implica la decisión
de disputar el poder directamente y en cambio otras formas de lucha conllevan
la idea de que sean otros los que solucionen nuestros problemas. Pero la única
verdad es la realidad, y la realidad nos dice que si no somos capaces de
ayudarnos a nosotros mismos, nadie lo va a hacer por nosotros. Un nuevo modelo,
alternativo al que nos condena, hay que comenzar a construirlo a partir del
desarrollo local, sentando las bases de la seguridad alimentaria de la
población y organizando un mercado directo entre productores y consumidores. Y
para lograrlo es ineludible dar la cara y el debate en el propio lugar,
desmontando las estructuras anacrónicas del clientelismo político y de los
intereses creados.
Solamente construyendo poder popular haremos realidad
aquella frase que dice: “En una comunidad organizada cada uno debe producir al
menos lo que consume”.
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